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jueves, 28 de noviembre de 2013
JUGARON LA COPA UN DÍA: HAITÍ
Hasta 1974, el único nexo de Haití con el planeta futbolero lo constituía Joe Gaetjens, quien defendiendo a la selección de Estados Unidos, en el mundial de 1950, había señalado el único tanto en la victoria norteamericana sobre los ingleses.
Así, el camino clasificatorio de la CONCACAF rumbo a Alemania 1974, que es lo que nos convoca en esta crónica, se inició para Haití en agosto de 1972. Ahí, 14 selecciones bregarían por el exclusivo cupo al mundial germano. Sin dudas, México era el gran favorito merced a su buena actuación en el mundial de 1970 (fue cuartofinalista) y a que poseía un gran poder de ataque encabezado por Cesareo Victorino y Enrique Borja. En resumen, 6 países accederían a la ronda final, a jugarse en sistema de liguilla en Haití (gestión de Papa Doc Duvalier de por medio). Así, hasta Puerto Príncipe llegaron Antillas Holandesas, Guatemala, Honduras, México, Trinidad y Tobago y el local. Entre el 28 de noviembre y el 19 de diciembre de 1973 se jugó el hexagonal que finalizaría con Haití clasificado a la cita planetaria. De hecho, el cupo lo aseguraron en la penúltima fecha del torneo, por lo que la derrota con México (0-1) en el cierre del hexagonal, sólo adornó la estadística.
SELECCIÓN DE HAITÍ CLASIFICADA A ALEMANIA 1974
Ya en el mundial, el equipo encabezado por Emmanuel Manno Sanon, compartió grupo con Polonia, Italia y Argentina. A simple vista, imposible de abordar algún éxito. Sin embargo, la sorpresa se instalaría en el primer match: ante los italianos, finalistas en México 70 y amplios favoritos, Haití pudo sostener el 0-0 todo el primer tiempo; ya reanudadas las acciones, un inolvidable carrerón de Sanon (llevándose a cuestas al defensor Luciano Spinosi) puso arriba en el score al equipo caribeño, rompiendo además 1143 minutos de imbatibilidad de Dino Zoff y su defensa. Así, los europeos debieron bregar hasta el minuto 52' para empatar y el minuto 66' para desnivelar el marcador (sería 3-1 el resultado final).
MOMENTO PREVIO AL HISTÓRICO GOL DE SANON ANTE ITALIA
La presentación de Haití ante el mundo del fútbol había aprobado y de poco sirvieron los otros dos juegos en el grupo (0-7 con Polonia y 1-4 con Argentina, con gol de Sanon). El saldo de su expedición en Alemania había sido más que decoroso y había lanzado al estrellato a Manno Sanon, que luego jugaría en EEUU y Bélgica. (Sanon falleció en 2008 a los 56 años)
SALUDO DE DINO ZOFF Y EMMANUEL SANON EN EL MUNDIAL
Finalmente, la suerte de Haití estaría marcada, además, por el doping positivo de Ernst Jean Joseph; el primer jugador detectado en la historia de los Mundiales, y que provocó la expulsión del mediocampista de la delegación haitiana. El doping detectado tras el juego con Italia, fue explicado por unas pastillas para el asma, lo cual no alcanzó para eximir a Joseph del castigo.
EL PRIMER CASO DE DOPING EN UN MUNDIAL: ERNST JEAN JOSEPH
Tras su periplo por Alemania 74, Haití trató infructuosamente de reinsertarse en una copa del mundo. Para 1978, finalizó segundo en el hexagonal final; en 1982 remató último en dicha liguilla; entre las clasificatorias para 1986 y 2014 no logró ilusionarse siquiera con instancias decisivas; agrandando la leyenda de los hombres dirigidos por Antoine Tassy.
En
casi 100 años de enfrentamientos, ganarle a Brasil no es cosa de cada día. Es más,
solo 7 triunfos ostenta el cuadro rojo ante los mejores del mundo. De cara al
amistoso en Canadá, repasemos cada uno de estos triunfos.
1956,
la noche mágica de Cua Cua
Chile
nunca había vencido a Brasil y solo le había sacado empates dignos. Eso hasta
que en el Sudamericano de 1956 Enrique Hormazábal diseñó una noche perfecta en
el propio Centenario de Montevideo. El equipo dirigido por Luis Tirado vapuleó
a la verdeamarelha por un expresivo 4-1, gracias a los tantos convertidos por
Hormazábal (2), René Meléndez y Leonel Sánchez. En el elenco brasileño, entre
otros, figuraba Gilmar, Djalma Santos, Mauro, Zito, Baltazar, Jair, la mayoría
de los cuales se consagraría campeón del mundo en 1958.
1957,
se repite la dosis
En
un amistoso disputado en el Estadio Nacional en Septiembre de 1957, en el marco
de la Copa O’Higgins, la Roja logró vencer nuevamente a los brasileños. Esta vez,
gracias al solitario tanto de René Meléndez. Sin embargo, en esta ocasión el
equipo presentado por los que serían campeones en Suecia no era estelar, ya que
contaba con mayoría de jugadores alternativos. Sin embargo, el gusto de ganarle
a Brasil a estadio lleno no lo sacaba nadie. Por lo demás, muchos nacionales no
eran recurrentes en las alineaciones: Mario Ojeda, Raúl Salazar, Daniel Morales,
Vicente Astorga, entre los principales.
1966,
con el aporte blanquiazul
Nuevamente
en el contexto de la Copa O’Higgins, los nacionales volvían a vencer a Brasil
tras 10 años, y la pica por el resultado de las semifinales de 1962. Con varias
ausencia en el cuadro brasileño, los dirigidos por Luis Álamos lograron ganar
por 2-1 en el Estadio Sausalito de Viña del Mar, gracias a las anotaciones de
Pedro Araya y Francisco Valdés, ya sobre el final del partido.
Nadie
sospechaba que ese gran gol ante Brasil sería el último de Carlos Humberto
Caszely por la roja. Esa que defendió tantas veces y le trajo tantas alegrías y
tristezas. Amistoso preparativo de cara a las eliminatorias rumbo a México 1986
y en el Estadio Nacional Hugo Rubio abría la cuenta tempranamente. Luego, la
obra de arte, pared y escapada del Chino por la izquierda que, ante la pérdida
del perfil, no hace nada mejor que eludir al portero y encontrar el ángulo para
definir en solitario. Golazo y el primer triunfo de Chile ante Brasil en el Nacional
en 30 años. El conjunto verdeamaelha, en tanto, combinaba titulares y
suplentes, entre los que se destacaban Bebeto, Eder, Alemao y Casagrande.
El
4-0 en Córdoba a los brasileños no es menor. Es la peor goleada recibida por Brasil
en un partido oficial en los últimos 93 años de fútbol. Y nada menos que en
semifinales, donde los dobletes de Letelier y Basay dejaron por el suelo el
orgullo del hasta entonces, tricampeón del mundo. Y no era un Brasil cualquiera:
Romario, Careca, Müller, Ricardo Rocha, Raí, Valdo, entre otros, engrosaban el
equipo. Por ello, es quizás la victoria más importante de la roja ante Brasil en
la historia.
1993,
una victoria rara
Rara,
porque vencer a Brasil en un grupo de Copa América hace esperar que clasifiques
fácilmente a la siguiente ronda. Rara también porque te faltaba la figura de tu
equipo y a pesar de ellos pudiste ganarle al mejor. Lo cierto es que esa noche
de Cuenca, el despliegue heroico de Richard Zambrano (que reemplazó a Marco Antonio
Figueroa) sellaron un triunfo poco esperado para el equipo de Arturo Salah. La selección
verdeamarelha, en tanto, alineó entre otros con Carlos -3ra derrota para el
golero ante Chile-, Edmundo, Müller, Elivelton, Caú, Roberto Carlos, Zinho,
varios de los cuales se coronarían en Estados Unidos al año siguiente. Chile, en
tanto, cayó con Perú y retornó rápidamente a casa.
2000,
un oasis en el desierto
Fueron
las peores eliminatorias de Chile en su historia, pero que tuvo dos ahogos a
nivel mundial. Uno, el triunfo ante los franceses en el Nacional, en el marco
de la despedida de Zamorano. Y unos meses antes, el gran partido jugado ante
los brasileños en el mismo recinto, donde la dupla Za-Sa deslumbró por última
vez. Los goles de estos, sumado al primero de Estay, conformaron la que sería
la última victoria de Chile ante la mejor selección del mundo, y que le daba
aire a un equipo que lo perdería luego. Trece años después, la selección de
Sampaoli tiene todo para mejorar la pobre estadística nacional.
Wembley
no necesita mayores presentaciones. Conocida como la catedral del fútbol, es
quizás el estadio más emblemático de este deporte alrededor del mundo, peleando
codo a codo con colosos como el Maracaná, el Santiago Bernabeu, el Allianz
Arena o La Bombonera. De por sí enfrentar a un grande como Inglaterra como
visita es una tarea mayúscula pero, si a esto le agregamos el factor Wembley,
esto se hace ya legendario.
Pocos
salieron vivos de Wembley. Pocos. Desde su inauguración con la selección
inglesa en 1924 (1-1 Escocia), grandes jugadores de todas las latitudes jugaron
en este estadio, algunos con más éxito que otros. Djalma y Nilton Santos,
Gilmar, Coutinho, Rivelino, Zico, Sócrates, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho,
Labruna, Más, Houseman, Kempes, Passarella, Maradona, Batistuta, Roberto Rojas,
Astengo, Salas, Higuita, Valderrama, Rincón, Asprilla, Iguarán, Spencer,
Mazurkiewicz, Francescoli, solo por nombrar a los sudamericanos.
Hasta
la fecha, y con remodelación de por medio, Inglaterra ha jugado 260 partidos en
su estadio, con 158 triunfos, 68 empates y 34 derrotas. El que más jugó fue
Peter Shilton, con 52 partidos, seguido de los monstruos Bobby Chalrton y Bobby
Moore. De los activos, Steven Gerrard asoma como el que tiene más juegos en
Wembley, con 29 encuentros. Como goleador, en tanto, aparece Bobby Charlton con
23 goles, seguido de cerca por Gary Lineker con 22. De los activos, claro está,
Wayne Rooney es el máximo exponente con 13 tantos.
Los
ingleses jugaron los primeros 7 duelos en Wembley ante sus “vecinos” escoceses,
donde incluso se comieron un 1-5 en contra. Pero más allá de este arranque casi
anecdótico, la catedral del fútbol fue testigo de momentos épicos en la
historia del fútbol. El primero en importancia quizás es el llamado partido que
cambió la historia del fútbol, jugado el 25 de noviembre de 1953, hace casi
exactos 60 años. Los húngaros destrozaron el prestigio inglés no solo con un
3-6 impactante a la vista, sino que con una clase de fútbol moderno, atractivo
e inquietante, que no le permitió a los dueños de casa reaccionar con una
obsoleta WM. Ese juego supuso el fin de una era, y no tan solo porque fue la
primera derrota inglesa en casa ante un equipo del continente, sino porque los
ojos del mundo fútbol se comenzaban a asombrar con un estilo de juego más
agresivo del que se había conocido y que los magyares harían gala un año
después en Suiza. Era el salto a la fama de Hidegkuti, Puskas, Kocsis y Czibor,
entre los principales, y adiestrados por el gran Gusztav Sebes.
Luego
de la reestructuración del fútbol inglés, vendría la década de oro, que ya se
auguraba con resultados tan abultados como un 9-3 a Escocia, 8-0 a México u 8-3
a Irlanda del Norte, todo antes de 1964. Sabían que la obligación era ganar el
mundial en casa a disputarse en 1966 y el bastión no era otro que Wembley.
Partidos duros contra Uruguay, Argentina o Portugal pavimentaron el camino
inglés a la final donde lo esperaba la Alemania Federal, favorita para los
expertos. En uno de los partidos más polémicos de la historia, la Inglaterra de
Banks, Charlton, Moore y Ramsey se quedaba con la corona gracias al triplete de
Hurst y pese a los reclamos aún vigentes de los germanos.
Tras
décadas de alegrías en casa pero sinsabores fuera de ella, en 1995 se viviría
otro momento de ensueño en Wembley. Se trata de la jugada con ribetes
mitológicos de René Higuita cuando golpea una pelota que se dirigía hacia el
arco con los tacos, pero por detrás de la espalda con una simulación de vuelo,
el famoso Escorpión. No queda claro del todo si el Loco realizó la maniobra al
tanto de una supuesta posición adelantada, pero sí sabemos que esta jugada ya
la había ejecutado años antes en su tierra natal, Colombia. La jugada aun forma
parte del anecdotario histórico del fútbol mundial.
Wembley,
víctima inexorable de la modernidad, debió rendirse a una demolición que tras
las cenizas levantaría un nuevo Wembley. Jugó su último partido por las
eliminatorias al mundial 2002 con una amarga derrota ante los alemanes por 0-1.
Debieron esperar 7 años los ingleses para volver a contar con esta reliquia del
futbol, cuando el estadio se reinauguró con un empate a un tanto ante Brasil.
CHILE,
UNO DE LOS MEJORES EN WEMBLEY
De
todos los rivales que han jugado ante Inglaterra en Wembley, solo 5 no
perdieron, y entre estos está Chile. Los sudamericanos empataron 0-0 en 1989 y
vencieron por 0-2 en 1998, en la mágica noche de Marcelo Salas. Es más, es una
de las 2 selecciones que jamás recibió goles en ese estadio.
Junto
con Chile, Rumania, Colombia, Ghana y Arabia no cayeron en Wembley. Los
europeos tienen el récord, ya que jugaron 4 veces y solo cosecharon empates.
Colombia, en tanto, logró 2 empates, mientras que africanos y árabes una sola
igualdad. Es decir, de estos 5 invictos, Chile fue el único que logró ganar. Como otro punto a favor, Chile y Alemania son las únicas selecciones con diferencia de gol positiva ante los ingleses en la Catedral.
Desde
la reinauguración de su estadio en 2007, Inglaterra solo cayó ante Alemania,
Croacia, Francia e Inglaterra. Con la
última selección no europea que perdió en Wembley fue justamente ante Chile,
teniendo que remontarse hasta 1995 para encontrarse con otro antecedente (1-3
Brasil). Este viernes, la selección de Sampaoli tiene la oportunidad de escribir otro capítulo de gloria en Londres o rendirse ante la historia de tan imponente escenario.
Algunas son por repechajes como los conocemos hoy,
otros por simple estructuración de grupos y otros por improvisaciones de la
FIFA. Lo que presentamos a continuación son todos aquellos partidos
eliminatorios en que se enfrentaron equipos de dos continentes (en rigor,
confederaciones) distintos. Hay historias para no perderse.
La primera situación se produjo en las
eliminatorias rumbo a Italia 1934 (¡hace casi 80 años!) cuando la FIFA
determinó que África y Asia compondrían solo un grupo. Turquía, Egipto y Palestina
eran los escogidos, hasta que los turcos desistieron de participar. Así, en
partidos de ida y vuelta Egipto batió fácilmente a Palestina, tanto en El Cairo
como en Jerusalén. La alineación palestina en su mayoría estaba compuesta por jugadores judíos, lo que representa una curiosidad para la situación actual.
Para Francia 1938, en tanto, los palestinos tuvieron que
medirse ante Grecia en ida y vuelta, para que el ganador definiese un cupo ante
Hungría. En una serie más apretada que la de 4 años antes, Grecia se hizo con
el duelo, aunque luego cayó por 11-1 ante los futuros finalistas del mundial.
11 años después, en 1949, Turquía derrotó por 7-0 a Siria en Ankara, sin que se
jugara un partido de vuelta. Sin embargo, los turcos declinaron de participar
en el mundial a disputarse en Brasil. Rumbo a Suiza 1954, en partidos de ida y
vuelta debían definir un cupo Italia y Egipto. Los italianos no tuvieron muchos
problemas para ganar en El Cairo (1-2) y Milán (5-1).
Rumbo a Suecia 1958 se produjo un duelo muy
particular: Sudán vs. Siria. En un duelo sin precedentes, Sudán gano el partido
de ida en Jartun por la cuenta mínima. Sumado al empate conseguido en Damasco,
los africanos avanzaban a la siguiente ronda, donde enfrentarían a Egipto. No
obstante, los egipcios se retiraron, con lo cual debían decidir ante Israel un
cupo hacia Suecia. Pero, nuevamente, Sudán solidariza con sus aliados musulmanes
y también desiste de participar. Israel, como debía jugar sí o sí con alguien
para clasificar, cayó en un improvisado repechaje ante Gales.
Camino a Chile 1962, el Grupo 7 contaba de 3
fases. En la primera, Israel se deshizo con comodidad de Chipre, con lo cual
debía enfrentar a Etiopía en la segunda. Ambos encuentros se disputaron en Tel
Aviv, y en ambos los israelíes ganaron por la mínima, dejando sin chances a los
africanos. Luego, los euro-asiáticos poco pudieron hacer ante el poderío italiano.
Para la misma eliminatoria, España debió jugar una repesca ante sus vecinos
marroquíes para dirimir un cupo. Marruecos, que debió eliminar a Túnez y Ghana
para tener la opción, puso en aprietos a los españoles que solo clasificaron
con lo justo, con Di Stéfano incluido.En Sudamérica, 7 equipos debían pelearse
3 cupos. Se determinó que debían jugarse 3 series de parejas y el equipo
restante disputar un ida y vuelta con el ganador de la Concacaf. Paraguay fue
el sorteado y México el ganador en Centro y Norte América, con lo cual debieron
jugar en el DF y en Asunción. El triunfo por la mínima con gol del Chava Reyes
dejaba el marcador abierto para la vuelta, pero el empate a cero en Puerto
Sajonia dejó sin chances a los paraguayos. El mítico Antonio Carbajal fue figura en Asunción. Para el mismo mundial, por último,
Yugoslavia se deshizo con facilidad de Corea del Sur, luego de vencer a
Polonia. Serían los cuartos del mundial.
En 1966, solo se jugó el duelo entre Corea del
Norte y Australia, donde los asiáticos vencieron claramente y se clasificaron
para su primer mundial. Rumbo a 1970, en tanto, un grupo se compartió entre
oceánicos, asiáticos y africanos. En primer lugar, Australia ganó el grupo de
la primera ronda que compartía con Corea del Sur y Japón, con lo cual en la
segunda ronda debía medirse ante Rodesia, actual Zimbabue. Ganó en un partido
de definición en Mozambique, mientras que en la otra llave, Israel triunfaba
ante Nueva Zelanda. En la llave definitoria, los israelíes ganaron
dramáticamente el cupo a los australianos.
La historia rumbo a Alemania Federal 1974 es
conocida. El ganador de la llave entre Perú y Chile debía medirse con el
ganador del grupo 9 en Europa. Unión Soviética dejó en el camino a Francia y
Chile sería el próximo rival. Con un cúmulo de acontecimientos políticos
sensibles, ambos equipos empataron a 0 en Moscú en un historiado partido. Los
rusos desistieron de jugar la vuelta en Santiago, con lo cual los chilenos
clasificaban. Al otro lado del mundo, en tanto, Australia y Nueva Zelanda
compartían grupo con Irak e Indonesia. Los australianos clasificaban en el
grupo, para luego vencer a Irán y Corea del Sur y obtener un pasaje rumbo al
mundial. Curiosamente, los dos clasificados vía repechaje se midieron en la
Copa.
Como el mundial de 1978 era en Argentina,
Sudamérica tenía derecho a 2 cupos y medio. Brasil y Perú lideraron el
triangular final donde Bolivia nada pudo hacer. Y así, debía medirse con el
ganador del Grupo 9 en Europa, Hungría. Allí, el conjunto altiplánico se vio
sobrepasado ante el poderío magyar y cayó inapelablemente. En Asia y Oceanía,
Australia y Nueva Zelanda compartieron grupo con Taiwán, donde nuevamente los
primeros se hicieron con el grupo. En la ronda final, los australianos poco
pudieron hacer ante el tranco iraní. También estaban en el grupo Corea del Sur,
Kuwait y Hong Kong.
Rumbo a España 1982, solo se enumeran los casos
orientales. Australia, Nueva Zelanda y ahora Fiji, compartían grupo con Taiwán
e Indonesia. Los neozelandeses dieron la sorpresa y no solo clasificaron a la
ronda final, sino que también al mundial por primera vez. En el camino, se
midieron con Kuwait, China y Arabia. Hacia México 1986, Oceanía por primera vez
tuvo un grupo excluyente, pero que tuvo dos invitados: Israel y Taiwán, que
debieron jugar ante Nueva Zelanda y Australia. Estos últimos, como ganadores
del grupo, tuvieron el derecho a dirimir un cupo ante el segundo del grupo 7
europeo, Escocia. Los británicos ganaron 2-0 en la ida, que sumado al empate en
blanco en Melbourne, los clasificó.
Para 1990, Israel seguía perteneciendo a la OFC,
con lo cual jugó ante Australia y Nueva Zelanda, que a su vez ya había
eliminado a Taiwán. Como ganadores del grupo, los israelíes debían medirse ante
Colombia, ganador del grupo 9. La ida fue en Barranquilla donde los sudamericanos
ganaron 1-0 con tanto de Albeiro Usuriaga, el Palomo. En Ramat Gan, en tanto,
el cero se mantuvo hasta el final y desató la algarabía colombiana que con una
de sus grandes generaciones volvía a un mundial tras 28 años de ausencia.
Rumbo a Estados Unidos 1994, Australia nuevamente
fue el equipo “intercontinental”. Primero, porque al ser el ganador de Oceanía,
tuvo que medirse en una primera repesca ante el segundo de la Concacaf, Canadá.
En ese emparejamiento, los oceánicos solo vencieron en penales a los
canadienses, y se ganaron el derecho a disputar un cupo ante nada más y nada
menos que la Argentina de Maradona. En una serie más que dura, los australianos
solo fueron eliminados por un gol de diferencia. Para 1998, el único duelo
entre selecciones de continente diferentes fue el repechaje entre Australia,
para variar, e Irán. En un duelo sumamente emotivo, Irán clasificó sobre la
hora en Melbourne, luego de ir perdiendo por 2-0.
Para 2002 y 2006, Australia volvería a
protagonizar duelos intercontinentales por eliminatorias. Y ambas ante Uruguay,
quintos en la clasificación sudamericana. En la primera, los uruguayos batieron
con comodidad a los oceánicos, luego de vencer por 3-0 en la vuelta. Cuatro
años después, sin embargo, Australia se tomaría revancha al vencer por penales y
clasificar a un mundial tras 32 años. Rumbo al mundial asiático, también se midieron en un repechaje intercontinental las selecciones de Irlanda e Irán, donde los europeos lograron la clasificación gracias a la diferencia de goles. Para 2006, se agregó un
repechaje entre Asia y Concacaf, con lo cual resultó un encuentro bien exótico:
Bahrein vs. Trinidad y Tobago. Los asiáticos comenzaron bien empatando en
Puerto España y ya se veían en su primer mundial, pero este honor lo tuvieron
los caribeños que vencieron en Manama por la cuenta mínima. Dwight Yorke se
daría el lujo de jugar un mundial.
Finalmente, rumbo a Sudáfrica 2010, se jugarían
los dos últimos repechajes. Por un lado, el ganador de Oceanía, Nueva Zelanda
(Australia se fue a Asia) jugaría ante el quinto de Asia, nuevamente Bahrein.
Empate sin goles en Manama y triunfo por la mínima en Wellington le dieron la
clasificación a los neozelandeses tras 28 años. Por otra parte, el eterno
“repechajero” de Sudamérica, Uruguay, se mediría ante el cuarto de la Concacaf,
Costa Rica. El triunfo por la mínima prácticamente sellaba la clasificación
para la Celeste, pero los ticos lucharon hasta el final en Montevideo y el
empate angustioso terminó clasificando a los sudamericanos.
Ahora, los cruces nuevamente verán a Uruguay en la
disputa, esta vez ante una desconocida Jordania. Además, un atribulado México
se verá las caras en un morboso encuentro ante Nueva Zelanda.