Gales
es una de las selecciones que empezó con el cuento del fútbol en el mundo. Disputó
su primer partido internacional hace 137 años, ante Escocia en Glasgow, por lo
que, más allá de sus actuaciones recientes, es siempre una selección que merece
atención. Nunca tuvo actuaciones sobresalientes: ante Alemania jugó 17 partidos
y venció 2, ante Italia 17 partidos y venció en 2, y ante Inglaterra, solo 14
triunfos en 101 encuentros. Pero aun así, se dio el lujo de llegar a un
mundial: el de 1958. Luego de derrotar a Israel para clasificar, cometió un
destacable cometido en la cita sueca, donde solo el Brasil de Pelé pudo
detenerlos en cuartos de final.
El
cometido fue más que satisfactorio, y hacía ilusionar a la afición galesa con
nuevas actuaciones exitosas. Sin embargo, de ahí en adelante nunca más lograron
clasificar a un mundial, a pesar de tener tres opciones clarísimas. Y para
culminar la tragedia, tampoco han podido clasificarse a una Eurocopa.
Para
Chile 1962, no pudieron contra la selección española en partidos de ida y
vuelta. Con una selección compuesta principalmente por jugadores que
participaban en la liga inglesa, más unas incorporaciones del Cardiff y del
Swansea, estuvieron cerca de amagar a la
España cuya base era el Real Madrid, el mejor equipo por entonces. Cuatro años
más adelante tenían una nueva oportunidad, en el grupo con la Unión Soviética,
Grecia y Dinamarca. Solo uno clasificaba y el poderío soviético fue arrollador,
aunque los galeses comandados por Ivor Allchurch se dieron el gusto de
vencerlos en Cardiff. Ganaron todo como local, pero como visita no sumaron
ningún punto. No alcanzaron a ilusionarse.
Para
1970, el sorteo fue más complejo aún. Italia, futura subcampeona mundial, y los
alemanes del Este. Sin dudas, fue la peor actuación eliminatoria de la
selección británica, perdiendo todos los puntos en disputa, incluido un 4-1 en
contra en Roma. El tiempo corría y el sorteo no era benevolente con los
galeses. 1974 y el grupo lo debía compartir con la siempre poderosa Inglaterra
y la Polonia de Lato, futura semifinalista. Ilusiones se hacían luego de
empatar en Wembley –con gol de John Toshack- y vencer a los polacos como
locales. Tenían la esperanza de ganar en Polonia y clasificar, pero el poderío
polaco fue claro y le endosaron un condenatorio 3-0. Chao Alemania. Para Argentina
1978, en tanto, la actuación no sería más honrosa. Escocia y Checoslovaquia –reciente
campeón europeo- compartían el grupo. Una brillante victoria ante los checos
abría la esperanza, pero la derrota en Cardiff ante los escoceses los dejaba
nuevamente con la amargura. Rumbo a España 1982, sin embargo, estarían cerca de
concretar el sueño. Con un joven Ian Rush, comenzaron venciendo sus primeros 4
duelos (Islandia, Turquía dos veces y Checoslovaquia). Clasificaban dos y el
cupo estaba a la vuelta de la esquina. Empate ante Unión Soviética en Cardiff y
comenzaba el titubeo. Perdieron en Praga y tenían la opción de sellar la
clasificación ante Islandia como locales. Con dos veces con el resultado en el
bolsillo, el empate a dos tantos dejó en entredicho la clasificación. A falta
de 3 partidos, la tabla estaba así: Gales 10, URSS 9 y Checoslovaquia 9. La diferencia
de gol perjudicaba a los británicos. Triunfo soviético ante los checoslovacos, necesitando
un empate ante los galeses para clasificar. Sin embargo, no pensaron en
especular y sellaron un claro 3-0. Así, ante el último partido, Checoslovaquia
ante Unión Soviética, los galeses soñaban con el triunfo soviético. Y se
cumplía, cuando Blokhin anotaba, pero la alegría no duraría mucho y los
checoslovacos igualarían, dejando atrás a Gales por diferencia de goles. El
empate ante Islandia no cicatrizaba.
Cuatro
años más tarde, otra historia que dejó muy en el suelo a los galeses. Con la
figura de Ian Rush, más Mark Huges, Alan Davies y Joey Jones, compartían grupo con España,
Escocia e Islandia. El primero clasificaba directamente, mientras el segundo
disputaría un repechaje ante Australia. Comenzó mal el camino galés, con
derrotas en Islandia y España, para recién revitalizarse con una estrecha
victoria ante los islandeses. Estrecha que le pasaría la mano, ya que Escocia
lo hacía por un 3-0. Eso no se pensaba luego de que los británicos dieran el
golpe, y vencieran como visita a sus vecinos escoceses, y ganaran claramente
a los españoles en Wrexham. Restaba recibir a Escocia, y un triunfo aseguraba
al menos el repechaje, siempre pensando que España podría golear a necesidad a
los islandeses a los días. Y los
dirigidos por el mítico Mike England comenzaban bien, cuando Hughes abría la
cuenta y desataba la algarabía galesa. Pasaba el tiempo y el suño estaba ahí,
hasta que a diez minutos del final, un penal que aun cobra dudas, permitió que
Davie Cooper anotara y le diera el segundo lugar a los escoceses. A los galeses
solo les quedaba implorar que España no venciera a Islandia en Sevilla. E Islandia
se adelantaba, pero Rincón y Gordillo volvían a sepultar las esperanzas
británicas.
Respecto
a la clasificación para Italia 90, mejor ni hablar (últimos sin triunfos tras
Holanda, Alemania y Finlandia). Y sí hablar del drama que sufrieron rumbo a
Estados Unidos 1994, donde un penal sería el decisivo. Con la incorporación de
nombres como Gary Speed, Dean Saunders y el joven Ryan Giggs, Gales compartía
grupo con Bélgica, Rumania, Checoslovaquia, Chipre e Islas Feroe. Partieron muy
feo, con una derrota 5-1 en Bucarest, para reponerse rápidamente con un 6-0
ante la débil Feroe. Así, con triunfos de local y derrotas como vista, avanzaba
el grupo, hasta que consiguieron un punto valioso en Ostrava. Los dos cupos
tenían cuatro pretendientes, y Gales cedía un poco de terreno al empatar con
los checoslovacos en Cardiff. De cara a las última fecha, la tabla estaba así:
Bélgica 13, Rumania 13, Gales 12 y Checoslovaquia 12. Así, solo un triunfo ante
los rumanos en casa les devolvería un cupo mundialista tras 36 años. Hagi abría
la cuenta ara la visita, pero Saunders empataba a los 60’. Y de ahí vendría el
drama. Faltaban pocos minutos y penal para Gales. Desde los 11 metros, se veía
a los lejos la Estatua de la Libertad. Paul Bodin, defensa del Swindon Twon,
asumía la responsabilidad. Ese travesaño, donde fue a dar el balón impulsado
por el blondo jugador, sería maldecido una y otra vez en toda Gales. Murió una
persona y Raducioiu sellaba no solo la clasificación rumana, sino la última
gran oportunidad galesa de estar en un
mundial.
Después
de aquello, solo actuaciones mediocres. Penúltimos solo superando a San Marino
rumbo a Francia; penúltimos superando a Armenia rumbo a Corea-Japón; penúltimos
superando a Azerbaiyán rumbo a Alemania; antepenúltimos superando a Azerbaiyán
y Liechtenstein rumbo a Sudáfrica. Y ahora, rumbo a Brasil, prontamente
eliminados. Gales, de las selecciones británicas, es lejos la que más se ha
demorado en volver a un mundial. De su suerte no podemos compararla con
Escocia, pero sí podemos decir que desaprovechó uno y otro clarísimo intento. Desaprovechó
a la vez, jugadores que brillaron en Inglaterra como Mark Hughes, Ryan Giggs o
Ian Rush. Es muy probable que Gareth Bale, principalmente, y Aaron Ramsey y
Craig Bellamy sean incorporados a esta lista, ya que no se ve un futuro
promisorio para los dragones. Como consuelo, pueden decir que el último jugador
que les anotó en un mundial fue un novel de 17 años: Edson Arantes do Nascimiento.
Luis Armandoski