domingo, 20 de enero de 2019


LA “MILLENNIUM SUPER CUP”: AVENTURAS EN INDIA

            Studio 2100 fue una empresa de márketing deportivo encabezada por la india Hena Juneja. A mediados de 2000 se propusieron organizar por vez primera en India un torneo internacional de selecciones de primera línea, que posicionara el fútbol en la milenaria nación, y que abriera importantes oportunidades de expansión del deporte rey en un país de mil millones de personas que contaba con fantásticas instalaciones para la práctica del fútbol, pero que por otro lado carecía de trayectoria en el concierto mundial (India ocupaba el lugar 122 de la clasificación FIFA a fines de 2000). La idea de Juneja encontró, naturalmente, apoyo en el carismático presidente de la federación india de fútbol Priya Ranjan Dasmuchi, que confió en el primer gran proyecto deportivo de Studio 2100 que prometía hacer jugar en India a Camerún (campeón olímpico en Sydney 2000), Chile (con Iván Zamorano y Marcelo Salas como líderes), Uruguay (con su historia de copas y medallas a cuestas), Yugoslavia (cuartofinalista de la Eurocopa 2000) y una serie naciones que aseguraban al menos, un campeonato atractivo: Sudáfrica, Nueva Zelanda, Trinidad y Tobago y Japón; además de los dueños de casa. Por otra parte, se esperaba invitar a naciones asiáticas que atrajeran un importante flujo de espectadores a los estadios en que se jugaría el evento (Bangladesh, Indonesia, Qatar y Bahréin). Todo caminaba bien. Se imprimieron los afiches, se hicieron reportajes, se promocionó el evento y naturalmente, se firmaron los contratos con las diversas federaciones que asistirían en enero de 2001 a la tierra de Gandhi.
            En el caso de Chile, que gestó su participación con la intercesión de Alfredo Asfura en India; se pensó en asistir al torneo por la posibilidad de reanimar a una selección que había tenido un difícil año 2000 con eliminatorias rumbo a Japón y Corea 2002 que la ubicaban en séptimo lugar con 10 puntos, a lejanas quince unidades del cómodo líder Argentina. Además de cerrar la participación eliminatoria, 2001 ofrecía Copa América en Colombia, por lo que el torneo en tierras asiáticas aseguraba un mínimo de tres partidos, la posibilidad de probar esquemas y jugadores, integrar elementos de la selección olímpica de Sydney, y empezar a renovar el camarín tras el mundial de Francia 98. Otro tema importante era el aspecto monetario, que garantizaba U$75 mil a nuestro país, sin contar los montos extras por avanzar de fases. En India, se veía a Chile como favorito junto a Yugoslavia y los organizadores aun confiaban en la participación de la dupla “Za-Sa” en el torneo (de hecho, Iván Zamorano aparecía en el afiche promocional del evento y declaraba el 20 de septiembre de 2000 “Voy a estar allá con mi equipo, en Calcuta, la ciudad de la Madre Teresa. Les deseo éxito a todos en el torneo”). Otras versiones de prensa hablaron también de negociaciones con Portugal, Holanda, Alemania, Turquía, Grecia y Bulgaria, además de invitar a Michel Platini y Pelé al torneo.
            La promoción de la “Milennium Super Cup” avanzaba a paso firme, se destinaron las sedes: Kochi (con el estadio Jawaharlal Nehru con capacidad para 60.000 personas); Goa (Estadio Fatorda, para 35.000 espectadores) y Calcuta (con el imponente Salt Lake Stadium para 120.000 personas); se invitó a los colegios (se regalaron tres mil tickets diarios en escuelas de las ciudades sedes). Ranjan exultante declaraba “La AFC (nota: Confederación Asiática de Fútbol, por su sigla en inglés) está viendo a India como sede importante”. Se avizoraba un campeonato de primera categoría que buscaría perpetuarse en el tiempo.
            Sin embargo, comenzaron los problemas.
            En diciembre, cuando hubo que definir las delegaciones participantes, y así elaborar el fixture, asomaron los primeros inconvenientes entre Studio 2100 y los países que en principio habían asegurado su participación. El primero en dar la voz de alerta, al amenazar con bajarse del torneo fue Camerún. En su condición de principal invitado, habían aumentado sus exigencias económicas a un piso de U$150 mil; lo que molestó a la organización que no tardó en congelar el concurso de los campeones olímpicos. Incluso Colombia se sumó como eventual invitado, y en India se hablaba de la presencia de Faustino Asprilla, Freddy Rincón y Anthony De Ávila como los grandes “ganchos” de la presencia cafetera.  ¿Y Chile? A la negativa de los clubes italianos de facilitar a Iván Zamorano, Marcelo Salas y David Pizarro (Inter, Lazio y Udinese, respectivamente), se sumó la dificultad del entrenador Nelson Acosta para poder armar un plantel que estuviera en condiciones de interrumpir su descanso y partir a una experiencia tan exótica como cansadora. El 19 de diciembre de 2000, el seleccionador chileno declaró “Hasta ahora tengo 11 (jugadores) seguros, me faltan 9, creo que esto se va a solucionar, sino, le daremos preferencia a la gente joven… A nadie han autorizado, incluso acá cerca, en Argentina, también habrían problemas. A (Alejandro) Osorio de Estudiantes de La Plata, parece que tampoco lo prestan. Entonces cuando no están se quejan, y cuando están en la selección no los prestan”. Yugoslavia, que había prometido la participación de al menos cuatro jugadores presentes en la Eurocopa 2000, finalmente no llevaría a ninguno de ellos. Ante esto, el técnico balcánico Ilija Petkovic señaló: “¿Quién dice que estos chicos vendrían? Es de común conocimiento que ninguno de quienes juegan en Europa fueron autorizados por sus respectivos clubes a jugar en esta época del año… pero no subestimen a quienes vienen, es nuestro equipo para el futuro”. Babu Mathar (secretario general de la Federación de Fútbol Profesional Indio, IPFA) dijo a mediados de diciembre “La copa Millennium está adquiriendo toda la dimensión de una farsa”, mientras que la señora Juneja admitía “A partir de un sueño hecho realidad, ya ha adquirido ribetes de pesadilla. Estoy triste porque hemos decepcionado a la gente y a los equipos”. Finalmente, con las deserciones y no confirmaciones de Qatar, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Trinidad y Tobago, el sorteo deparó los siguientes grupos (En paréntesis, el ránking FIFA en diciembre de 2000):
Grupo A (a jugarse en Kochi): Yugoslavia (10), Bosnia Herzegovina (78), Irak (79) y Bangladesh (151).
Grupo B (a jugarse en Kochi): Uruguay (32), Islandia (50), India (122) e Indonesia (97)
Grupo C (a jugarse en Goa): Rumania (13), Camerún (39), Jordania (105) y Hong Kong (123)
Grupo D (a jugarse en Calcuta): Chile (19), Uzbekistán (71), Japón (38) y Bahréin (138).

El formato de participación sería simple, avanzando dos equipos por grupo a cuartos de final. Que se jugarían uno en cada sede, repitiéndose Calcuta, que se adueña de semifinales y definiciones finales, asumiendo llenos en el imponente estadio de la ciudad. Pero diciembre no se acabó tan fácil para los organizadores, surgiendo otros percances con delegaciones ya confirmadas: Indonesia, que ante la imposibilidad de llevar su selección nacional, quiso presentarse con un equipo representativo (el Hartap) en el que siete de los 18 jugadores de la delegación eran extranjeros, fue rápidamente descartada por la organización (y no jugaron la copa). Irak también desistió de participar, poniendo como insólita excusa el delicado momento de salud del dictador Saddam Hussein, que eventualmente tendría muy preocupados a los jugadores. Japón comunicó en pleno diciembre que sería representado por un equipo universitario, Uruguay por una selección “B” (dirigida por Antonio Alzamendi) y Rumania lo mismo que los charrúas. Camerún finalmente, no superó las diferencias económicas con la organización, y al igual que Indonesia e Irak no tomaron parte del torneo, que a esas alturas no había logrado conseguir auspiciadores internacionales de renombre, por lo que decide negociar con un sponsor tradicional del cricket en India, (Sahara) que asegurase un piso económico (se desconocen los montos) para renombrar el torneo como “Sahara Cup Millennium Soccer”. Desde 1999 la Sahara Cup de cricket no se jugó por los problemas políticos entre India y Pakistán, lo que motivó el patrocinio de este torneo de fútbol
La selección chilena partió el 8 de enero rumbo a Calcuta, donde esperaba el hotel Airport Ashok como centro de operaciones de la delegación, dirigida por Marco Araya (dirigente penquista) y compuesta por Pablo Hoffmann, Carlos Chandía (en insólita medida, se solicitó la presencia de un árbitro por país pero Chandía no dirigió ningún partido del torneo, debiendo la delegación chilena absorber los gastos de traslado y alojamiento del referee). El cuerpo técnico lo encabezaba Nelson Acosta, con su preparador físico Ítalo Traverso, Gustavo Huerta y el paramédico Eduardo Urrutia. Los jugadores que representaron a nuestro país fueron:
ARQUEROS: Marcelo Ramírez (Colo Colo) y Javier Di Gregorio (Coquimbo Unido)
DEFENSAS: Cristian Álvarez (UC), Andrés Oroz (Santiago Morning), Rafael Olarra (Univ. de Chile), David Henríquez (Colo Colo), Alex Von Schwedler (Univ. de Chile) y Moisés Villarroel (Santiago Wanderers)
MEDIOCAMPISTAS: Rodrigo Tello (Sporting de Lisboa), Claudio Maldonado (Sao Paulo), Rodrigo Meléndez (Cobreloa), Marco Villaseca (Colo Colo), Alejandro Osorio (Estudiantes de La Plata), Rodrigo Núñez (Santiago Wanderers), Mauricio Rojas (Santiago Wanderers), Francisco Arrué (Santiago Morning) y Cristian Uribe (Benfica)
DELANTEROS: Héctor Tapia (Perugia), Fernando Martel (Santiago Morning), Sebastián González (Colo Colo) y Marco Olea (Audax Italiano).
            Como se aprecia, una lista en que destacaban varios “extranjeros”, pero en la que predominaba la juventud y el recambio. Sólo Ramírez y Villarroel sobrevivían de Francia 98 y el resto estaba ávido de encontrar una oportunidad en 2001, sin siquiera imaginar lo tortuoso que sería la temporada para la selección.
            Obviamente, a más de dieciocho años los recuerdos de la incursión asiática son difusos, sin embargo, hay consenso en que la expedición por India no fue finalmente una buena decisión. Cristian Álvarez evoca “No fue una buena decisión hacer ese viaje. Yo bajé cinco kilos estando allá producto de no saber qué comer para que no me haga mal. Me pasé la estada a puro pan con mantequilla y Coca Cola, además, las cosas se perdieron (nota: el equipaje de la delegación se desvió a Johannesburgo, y solo pudo ser recuperado un día antes del debut) y hubo que andar usando la misma ropa prácticamente tres días… solo queda la experiencia de lo pintoresco y la seguridad de que hoy en día no pasarían estas cosas”. En la misma línea del defensa de la UC, Rodrigo “Kalule” Meléndez señala que “estar en India sorprendió porque era otra cultura, se veía la pobreza de una forma brutal… finalmente queríamos devolvernos lo antes posible a Chile”. Una visión distinta a la de los jugadores es la de Pablo Hoffmann, uno de los hombres fuertes de la ANFP en aquel momento. El actual dirigente de O’Higgins indica que “la participación en India fue una muy buena idea, porque se dio opción a nuevos jugadores” respecto de los temas administrativos, Hoffmann indica que “al llegar a India, se tuvo el cuidado de empezar a cobrar inmediatamente lo pactado, de hecho Chile fue la única delegación a la que se le canceló íntegramente lo acordado”. El jefe de la delegación, arquitecto Marco Araya sostiene “el viaje fue positivo, pese a que India no es un país futbolizado, y que a los estadios apenas llegaban veinte mil personas… tuve que hacerle una inducción a los jugadores sobre lo que se iban a encontrar allá desde el punto de vista social y cultural… y finalmente, los malos momentos vividos con la organización se soslayaron con la cálida atención que se recibió de las personas que rodeaban la delegación”.
            Así y todo, y tras postergar el debut (fijado en principio para el 10 de enero), se jugó el primer partido de la selección, ante “Japón XI” (denominación para señalar el carácter amateur de los nipones). El partido enfrentó a Chile ante un buen rival, que disimulaba su amateurismo pero que no pudo hacer mucho ante la experiencia de nuestra selección. Diez minutos tardó Chile en adueñarse del trámite del partido, manejándolo a su antojo. Pese a ello, la primera gran ocasión fue para los orientales en pies de Masaki Fukai, pero su intento fue abortado por la defensa chilena. A los 19 minutos avisó Héctor Tapia, y a los 26 fue el turno de Cristian Uribe, que disparó a portería. A los 34 minutos se produjo el gol chileno: Fernando Martel centró para Moisés Villarroel quien acomodó el balón para Tapia que batió al arquero japonés Takahara. El segundo tiempo no tuvo la intensidad del primero, y pese a los intentos orientales de acercarse a Marcelo Ramírez, el marcador no cambió. Los primeros tres puntos fueron para Chile.
Sahara Cup Millennium Soccer, 13 de enero de 2001.
Estadio Salt Lake, Calcuta
20.000 espectadores aprox.
Nota: no hay información oficial sobre el árbitro.
CHILE 1: Marcelo Ramírez; Cristian Álvarez, Alex Von Schwedler, David Henríquez, Rafael Olarra; Marco Villaseca, Moisés Villarroel, Cristian Uribe (Mauricio Rojas), Francisco Arrué (Rodrigo Núñez); Héctor Tapia y Fernando Martel. DT: Nelson Acosta
JAPÓN XI 0: Toshiyasu Takahara; Hiroyuki Kobayashi, Mitsuru Chiyotanda, Satochi Horinouchi, Hirakawa Tadaki; Naokata Hanyu (Jun Sakai), Masaki Fukai, Nobumitsu Yamane, Ota Keisuke, Takuya Mikami, Kenji Yoshimura (Yoshimasa Fujita) DT. Takii Toshiro
GOL: Héctor Tapia (34’)

Tras el debut triunfal, tocó enfrentar rápidamente (dos días después) a Bahréin que había caído en el debut con Uzbekistán por 5-0. Obviamente un triunfo chileno aseguraba el avance a cuartos de final, alargando la estada en India y aumentando la expectativa por llegar a instancias finales de la copa, que había caído en un descrédito total. El grupo 1 se había definido entre Yugoslavia y Bosnia, eliminado al débil Bangladesh. El desinterés del torneo era evidente y sólo 214 entradas se habían vendido para el duelo de bosnios y bangladesíes. Los dueños de casa fueron despachados por Uruguay e Islandia por idéntico marcador (3-0) y Hong Kong no sobrevivió en el grupo 3, viendo pasar de ronda a “Rumania XI” y Jordania. Chile, en el único grupo con cuatro equipos, tuvo un duro fixture, jugando sus tres duelos en lapso de seis días.
El segundo partido fue similar al anterior en el trámite, y solo contabilizó para los rivales una llegada al inicio del partido, obra de su solitario atacante Yusuf Aamer. Chile golpeó en los momentos precisos en cada tiempo, gracias a Tapia y Martel, que casi sellaron con sus goles el paso a cuartos de final, porque todavía debía jugarse con Uzbekistán y los seis puntos obtenidos auguraban una segura clasificación.
Sahara Cup Millennium Soccer, 15 de enero de 2001.
Estadio Salt Lake, Calcuta
10.000 espectadores aprox.
Árbitro: P. K. Bose (Indonesia)
CHILE 2: Marcelo Ramírez; Cristian Álvarez (Rodrigo Núñez 33’), David Henríquez, Alex Von Schwedler, Rafael Olarra; Marco Villaseca, Rodrigo Meléndez, Cristian Uribe (Moisés Villarroel 66’), Francisco Arrué (Sebastián González 69’); Héctor Tapia y Fernando Martel. DT: Nelson Acosta.
BAHRÉIN 0: Rahman Abdullah; Basel Sultan Karim, Ali Aamer, Faizal Aziz Mohammed (Rashid Rahman 46’); Khalid Abdulla, Abdullah Mazooqi, Arif Razak, Ghazi Majed, Anwar Yousuf (Yousuf Khamees 83’); Adel Abbas (Salman Isa 79’); Yusuf Aamer. DT: Wolfgang Sidka.
GOLES: Héctor Tapia (28’); Fernando Martel (81’)

            Sin pie para el descanso, se vino el partido con los uzbekos, que debían vencer a Chile para avanzar. Lo importante de clasificar a cuartos era que en cualquier evento (primero o segundo en el grupo) Chile no se movería de Calcuta, evitando el desgaste de viajar a otra sede. El 17 de enero, la selección aseguró con un nuevo 2-0 el paso invicto y sin goles en contra a la ronda de los ocho mejores donde esperaba Islandia. Los goles surgieron de una bien urdida acción de Arrué con Villaseca que éste finaliza con toque sutil ante el arquero Kaharov. El segundo tanto encontró a los asiáticos jugados en pos del empate y esta vez la asociación fue entre Meléndez y González.

Sahara Cup Millennium Soccer, 17 de enero de 2001.
Estadio Salt Lake, Calcuta
15.000 espectadores aprox.
Árbitro: S. Salerajan (Malasia)
CHILE 2: Marcelo Ramírez; Moisés Villarroel, David Henríquez, Alex Von Schwedler, Rafael Olarra, Marco Villaseca, Rodrigo Meléndez, Cristian Uribe (Andrés Oroz); Francisco Arrué (Sebastián González); Héctor Tapia y Fernando Martel (Rodrigo Núñez). DT: Nelson Acosta.
UZBEKISTÁN 0: Oleg Kaharov; Shukra Kurbanov, Leonid Koshelev, Asror Alikulov, Evgeni Zakutilin; Otabek Primatov, Aleksey Klikunov, Bahadir Annamatov, Yuri Nikitov, Aleksey Zhdanov (Timur Kapadze), Oybek Usmankhodjaev (Shukhrat Mirkholdarshaev) DT: Inileev Rauf
GOLES: Marco Villaseca (40’); Sebastián González (85’)

            Con la clasificación consumada, la tranquilidad de quedarse en Calcuta (aun cuando otras delegaciones disfrutaban las bondades del golfo de Arabia en la costa occidental) fue un bálsamo para una delegación que ya presentaba el cansancio amplificado por las situaciones extra futbolísticas que rodearon la campaña chilena en la cancha.
            El partido contra Islandia, por cuartos de final, también corrió el riesgo de suspenderse, aunque no desde la vereda nacional. Pasó que la delegación islandesa tuvo problemas en el desplazamiento desde Kochi a Calcuta (separados por casi 700 km), lo que se sumó a problemas con los pagos a la delegación europea, que acusaba solo el recibo de 20 mil de los 75 mil dólares pactados. Sin embargo, tras solucionar los problemas, se jugó el partido, que pese a finalizar con triunfo chileno por 2-0, dejó como saldo la suspensión de Marco Villaseca y Cristian Uribe para el duelo de semifinales con Bosnia, pese a los reclamos de la delegación chilena que solicitó que se aplicase el criterio de la copa del mundo en cuanto a “limpiar” las amonestaciones después de la fase de grupos. En el caso de Bosnia, ellos también debieron lamentar la ausencia de Ikanovic y Oldic, debido a acumulación de tarjetas, en el duelo en que los balcánicos eliminaron a Uruguay “B” 3-2. Los otros cuartos de final se resolvieron con triunfo de Yugoslavia sobre Rumania “B” por 2-0 y de Japón XI por 4-0 a Jordania.
Sahara Cup Millennium Soccer, 20 de enero de 2001.
Estadio Salt Lake, Calcuta
11.230 espectadores
Árbitro: Hassan Marshoud (Jordania)
CHILE 2: Marcelo Ramírez; David Henríquez, Alex Von Schwedler, Rafael Olarra, Moisés Villarroel; Marco Villaseca, Rodrigo Meléndez (Cristian Álvarez 85’), Cristian Uribe (Francisco Arrué 81’), Fernando Martel (Mauricio Rojas 62’); Sebastián González y Héctor Tapia. DT: Nelson Acosta.
ISLANDIA 0: Gunnieifur Gunnleifsson; Indridi Sigurdsson (V. Gunnarsson 80’), Bjarni Thorsteinsson, Sverrir Sverrisson, Gunnanlaugur Jonsson, Clafur Orn Bjarnasson, Sigurvin Olafsson (H. Bjarnason 57’); Thorhallur Orn Hinriksson, Tryggvi Gudmundsson; Gudmundur Benediktsson (S. Gislason 80’) y Gylfi Einarsson. DT: Atli Eovaldsson
GOLES: Sebastián González (37’, 50’)

            La previa de las semifinales (que además ofreció el partido de Yugoslavia con Japón XI) fue la instancia elegida por la delegación chilena para hacer sentir su malestar a la organización de la copa. Marco Araya, recuerda que en la ocasión se hicieron llegar cuatro puntos específicos referidos a dificultades referidas al trato hacia los chilenos:
1.- Malas condiciones de estada en el hotel.
2.- Problemas con los pagos pactados.
3.- Torneo que no tuvo reconocimiento de la FIFA. Además, se refutó a Priya Ranjan (presidente del fútbol indio) quien señaló que Chile había llevado un equipo B. (ante esto, la delegación respondió dando a conocer la trayectoria de los jugadores que tenían muchos partidos internacionales)
4.- Trato injusto desde el punto de vista reglamentario. Chile jugó tres partidos en fase de grupo, lo que tuvo como resultado mayor cantidad de tarjetas amarillas, que se acumularon y no borraron para cuartos de final.
            El partido con los bosnios acusó el cansancio de los chilenos, que como se mencionó, no contaron con Marco Villaseca que había sido uno de los puntos altos del mediocampo chileno. Lo cierto es que la defensa chilena se vio muy dubitativa esa jornada y soportó con muchas dificultades los embates de los europeos, que pudieron irse al descanso fácilmente 2-0 arriba. Para el complemento la cosa no cambió mucho, y junto con no crear situaciones de gol, se debió lamentar la primera conversión en contra en el torneo (en el peor momento). A los treinta minutos del segundo tiempo Dzelaudin Muharemovic batió a Marcelo Ramírez y sentenció la llave. Chile, debía empezar a pensar en el bronce, con Japón XI (que cayó un día después 1-0 con los yugoslavos).
Sahara Cup Millennium Soccer, 22 de enero de 2001.
Estadio Salt Lake, Calcuta
20.000 espectadores aprox.
Árbitro: Hassan Marshoud (Jordania)
CHILE 0: Marcelo Ramírez; Cristian Álvarez, David Henríquez, Alex Von Schwedler, Moisés Villarroel, Rafael Olarra; Rodrigo Meléndez, Andrés Oroz, Fernando Martel (Marco Olea 75’); Héctor Tapia (Francisco Arrué 68’) y Sebastián González. DT: Nelson Acosta.
BOSNIA 1: Adnan Guso; Sasa Papic, Munever Rizuic, Delibur Nedic; Zehrudin Kanazovic, Milan Ozren (Sewad Zeric 77’); Admir Adzem, Sead Seferovic, Mirsad Beslija (Nihad Sadibasic 81’); Almedin Hota, Dzelaudin Muharemovic. DT: Husnija Arapovic.
GOLES: Dzelaudin Muharemovic (75’)

            Claramente, la decepción se instaló en el equipo chileno. La sensación de haber estado tan cerca de alcanzar la final se analizó netamente desde una perspectiva futbolística, pues muchos jugadores en la delegación estaban claramente cansados y con urgencia de regresar a Chile. Tras perder con Bosnia (en día lunes 22), había que preparar el juego por el tercer lugar el jueves 25. Sin embargo, el martes 23 comienzan los problemas. Mientras Hena Juneja declaraba que la copa había significado un gasto de 170 millones de rupias (cerca de U$2,8 millones de hoy) frente a escuálidos 50 millones de rupias de ingresos por televisión (U$800 mil), se mantenía la esperanza de mantener el torneo y llevarlo a Bangladesh en el futuro; los dirigentes chilenos gestionaban el pago del saldo pendiente, que alcanzaba los U$55 mil, y ya delineaban la eventual no presentación al juego por el tercer lugar ante Japón, debido a los montos impagos. Aun cuando la organización amenazó con denunciar a Chile por incumplir el contrato, la delegación nacional tendría como argumento los cuatro puntos señalados anteriormente a fin de justificar la decisión, junto con una queja formal a la FIFA. Por su parte, Nelson Acosta consultó a los jugadores sobre el no jugar el jueves 25 ante los nipones, lo cual encontró eco en el plantel que a esas alturas, como dice Cristian Álvarez “quería puro volver a Chile”. Marco Araya complementa: “después de todo el tiempo que los jugadores llevaban en India, con desplazamientos cortos pero incómodos, en buses sin ninguna comodidad, con un clima complicado, creemos que faltó efervescencia para disputar ese partido”. Tras el almuerzo, el día martes ofreció más tensión con los chilenos, que aguardaban la respuesta de la organización del torneo para recibir los pasajes que llevarían a la delegación con destino a Santiago. Cuando los japoneses regresan al hotel tras caer en la segunda semifinal ante Yugoslavia, comenzaron a constatar que el juego por el bronce no se jugará, adhiriendo a la determinación chilena. Cerca de las 21 horas sale humo blanco. La organización aceptó no jugar el partido por el tercer lugar, repartiendo el premio de U$50 mil entre los contendientes. El miércoles 24 de enero de 2001, en vez de planificar la definición de consuelo, los jugadores chilenos emprenden el retorno a casa después de quince días de periplo. Quedará como anécdota el entrevero de Hoffmann con Hena Juneja, gritando a viva voz en el hall del hotel cuando se le comunicó que la organización haría un descuento de 10% de los premios pactados por concepto de impuestos. La discusión sorprendió a la delegación chilena en los momentos que se discutía qué hacer. Fue la síntesis perfecta del caos dirigencial, organizacional y deportivo que rodeó la Copa Sahara Millennium, que entre paréntesis fue obtenida por Yugoslavia, que derrotó 2-0 a Bosnia el jueves 25 de enero en el imponente Real Salt Lake Stadium de Calcuta.
            Así, finalizó un torneo que tuvo equipos retirados, recalendarización, estrellas que no aparecieron, clubes boicoteando selecciones, pérdida de equipajes, y un largo listado de contratiempos que marcaron corta vida para la competición. Studio 2100 también tuvo poca existencia y Hena Juneja se alejó de la producción de eventos, yéndose a trabajar a Bollywood (la enorme industria cinematográfica india) y dedicándose a la venta de productos de belleza. Con el tiempo, el fútbol en India se mantuvo en el mismo nivel que antes de 2001, estableciéndose casi en una tercera línea futbolística. Solo el nacimiento de una superliga paralela a la liga oficial (en 2014) reverdeció el interés por el fútbol en la segunda nación más poblada del mundo.