La historia del Torino, un grande en la historia del fútbol europeo.
Historia
El Torino Football Club fue
fundado en los albores del Siglo XXI, el 03 de Diciembre de 1906, en la ciudad
de Turín, al norte de Italia. En esa ciudad, y con motivo de la presencia de
otro grande como la Juventus, se juega el Derbi della Mole, con gran apogeo en
la primera mitad del siglo pasado. Ya en su primera competición, el Campeonato
Federal de 1907 – símil de la actual Serie A -, Torino eliminó categóricamente
a la Juventus, avanzando a la ronda final. En esa instancia, sólo le faltó un
punto para empatar con el AC Milan, el campeón del certamen. En 1914-15, se
clasificó nuevamente para la ronda final, junto a Genoa, Inter y Milan, sin
embargo, la Gran Guerra interrumpiría el mini torneo, consagrando a los
genoveses como monarcas con partidos por disputar aún. Los títulos de estos
años fueron en su mayoría para el poderoso Pro Vercelli, otro caso a presentar.
Luego de este prometedor nacer y ya en torneos con mayor número de
participantes, el campeonato de 1926-27 sería de dulce y agraz para el Toro.
Lograrían el título en la liguilla final de seis equipos, sin embargo, el
escándalo Allemandi los despojó por secretaría del título. Luigi Allemandi era
un defensor de la Juventus, sobornado por dirigentes del equipo archirrival. No
obstante, en la temporada siguiente, el Torino pudo reivindicar su nombre,
logrando su primer torneo, con la gran actuación del argentino Julio Libonatti,
reconocido como el primer americano en ser transferido a Europa.
Posteriormente, el Torino lograría mantener protagonismo en el torneo italiano
con posiciones de adelantada, hasta que llegaría la época dorada.
Poderío
Luego de varios años sin títulos,
a la vez que su más enconado rival alcanzaba constantemente la gloria, el
presidente de la escuadra, Ferruccio Novo decidió refundar el equipo, en lo que
sería un cambio sin igual en la historia del club. Contrataría a varias
estrellas y prometedores valores de los distintos rivales, con lo cual el
equipo ganaría los Scudettos desde 1942-43 a 1948-49 (con la interrupción entre
1943 y 1945 por la II Guerra Mundial). En el primero de los títulos, solo logró
la gloria a 4 minutos del final en el último partido, cuando Valentino Mazzolla
marcó ante el Bari, aventajando por un punto al Livorno. En la temporada
1945-46, el título quedó servido en la penúltima fecha de la liguilla, tras
vencer en el derbi ante la Juve, con tanto de Gabetto. Luego, solo había que
certificar ante Livorno, goleando por 9-1, mientras que la Vecchia Signora
enredaba puntos ante Napoli. En 1946-47, Torino aventajó por diez puntos a su
más cercano perseguidor, Juventus, en el título más cómodo del Toro, junto con
el de la temporada siguiente, donde dejó atrás por 16 puntos al Milan. En la
temporada 1948-49, dominaba sin sobresaltos la liga, hasta…
Trascendencia
No por pocos, el Grande Toro era
considerado el mejor equipo de Europa. La selección italiana basaba su
formación en la década de los cuarenta en el equipo turinés. Como ejemplo, en
la nómina italiana tipo, había 10 representantes del Torino, y en el último partido
pre tragedia, alinearon a seis titulares ante España. Contrariamente a la
impronta italiana, el Torino practicaba un fútbol alegre y ofensivo. 7-0 a la
Roma, 7-1 Napoli, 9.1 Livorno, 7-2 Fiorentina, 6-0 Vicenza, 6-0 Genoa, 6-2
Milan, 7-1 Roma, 7-1 Salernitana, 6-0 Triestina, 10-0 Alessandria. Mantuvo un
invicto como local de 93 partidos. Todo eso en el lapso de 3 años, como muestra
de su vocación de fútbol pensando en el arco rival. La base era Bacigalupo en
el pórtico, Maroso y Aldo Ballarin en la retaguardia, Martelli, Castegliano y
Rigamonti – que a veces se retrasaba - en el medio, para dejar en el frente de ataque
a Menti, Loik, Gabetto, Mazzola y Ossola. El cambio de técnicos constante en el
período no logró desdibujar el planteamiento característico del Torino.
Accidente
Dada su trascendencia a nivel
continental, el Torino fue invitado al partido de homenaje de Francisco Xico
Ferreira, gran ídolo del Benfica de Portugal, a disputarse en Mayo de 1949. Que
hayan perdido ese último partido queda como detalle, ya que en el camino de
vuelta ocurriría una de las tragedias más grandes en la historia del fútbol
mundial. Cuando el avión que los traía de vuelta ya se aproximaba a Turín, el
mal tiempo y errores del piloto, provocaron que la nave se estrellara en la
Basílica de Superga, falleciendo instantáneamente los 33 ocupantes. Entre ellos,
18 futbolistas:
-
Valentino Mazzolla, 30 años, 12
internacionalidades, 4 goles
-
Valerio Bacigalupo, 25 años, 5
internacionalidades
-
Aldo Ballarin, 27 años, 9 internacionalidades
-
Eusebio Castigliano, 28 años, 7
internacionalidades, 1 gol
-
Rubens Fadini, 21 años
-
Ezio Loik, 30 años, 9 internacionalidades, 4
goles
-
Danilo Martelli, 25 años
-
Mario Rigamonti, 26 años, 3 internacionalidades
-
Gyula Schubert, húngaro, 2 internacionalidades,
1 gol
-
Guglielmo Gabetto, 33 años, 6
internacionalidades, 5 goles
-
Romeo Menti, 29 años, 7 internacionalidades, 5
goles
-
Franco Ossola, 27 años
-
Emile Bongiorni, francés, 28 años, 5 internacionalidades,
2 goles
-
Ruggero Grava, 27 años
-
Giuseppe Grezar, 30 años, 8 internacionalidades,
1 gol
-
Virgilio Maroso, 23 años, 7 internacionalidades,
1 gol
-
Piero Operto, 22 años
-
Dino Ballarin, 23 años
Además, los entrenadores Egri Erbstein
y Leslie Levesley, 2 dirigentes, 3 periodistas y el personal de tripulación.
El propio Vittorio Pozzo, campeón
con la azzurra en los mundiales de 1934 y 1938, fue llamado para reconocer a
las víctimas, a las cuales conocía muy bien. De no ser por las circunstancias
de la vida, los futbolistas siniestrados hubieran sido 20. Uno de ellos, ni más
ni menos que la superestrella Ladizlao Kubala ¿Cómo, si el húngaro no jugaba en
el Torino? Simple, dada la fama de ambos, el jugador fue invitado a ser parte
del equipo que jugaría en Lisboa. Sin embargo, a poco de embarcar, se enteró
que sus familiares lograron escapar del infierno que vivían en su tierra natal.
Así, Kubala viajó a Udine para encontrarlos, y salvarse de la muerte. El otro “afortunado”
era el defensa Sauro Tomá, quien no viajó a causa de una lesión. Mazzola, la megaestrella del Torino, también debía quedarse, pero prefirió viajar. La esposa de Tomá le dijo el día
anterior al defensa, en medio de su decepción, que ese viaje le traía malos pálpitos.
La tristeza fue enorme. Turín e
Italia se paralizaron, como lo demuestra el archivo del funeral. En lo
intrascendente, la federación italiana decidió entregarle el campeonato en
disputa al club, que alineó con juveniles los partidos que le restaban. Así se
terminaba la época dorada del club.
Amistad con River
River Plate, quizá el mejor de
América en ese tiempo, decidió marchar a Italia para disputar un partido a
beneficio del Torino. Ante un equipo de figuras italianas, y con las entradas
por las nubes, ambos equipo brindaron un genial espectáculo, empatando a dos
tantos. Desde allí que nació una amistad entre el equipo turinés y el
Millonario. Algo que se vería reflejado en la posteridad en las camisetas de
recambio de ambos equipos.
Posteridad
El Torino no volvería a ser el
mismo. Luego del desastre, logró rearmarse con buenas piezas, pero no le
alcanzó para más que cuartos o quintos lugares. Luego, vendría una época de
irregularidad que se encontraría con el oasis del título de primera en 1976. Posteriormente,
el ascensor entre primera y segunda, y con el recuerdo tatuado de la época
dorada y la tragedia. En el lugar de la tragedia, aún muchos hinchas del Torino dejan ofrendas para recordar a sus mártires.
Por Luis A.
Bueno Bueno Bueno.
ResponderEliminarUna gran historia
Saludos y que se siga asi.