España actualmente lidera el
escenario futbolístico mundial. Sin embargo, antes de Sudáfrica 2010, la
historia de la roja fue de duras y maduras. Su mejor actuación databa de 60
años atrás, con un laborioso cuarto lugar en Brasil 1950. Luego de aquello, la
historia los premiaría y bofetearía en contadas ocasiones. Quizá la más triste
de sus leyendas es de 1954, cuando frente a Turquía debían definir a un
clasificado para Suiza 1954. Los turcos solo habían vencido oficialmente en su
historia a las selecciones de China y Siria, y no tenían mucha historia en
torneos internacionales. De acuerdo a las crónicas de la época, el equipo turco
se caracterizaba por su dureza y por hacerse fuertes en su cancha. Con estos
antecedentes, España era clara favorita.
Los hispanos tenían como figuras
a Puchades (Valencia), Venancio y Gaínza (Athletic). Le selección turca, en
tanto, estaba compuesta en su mayoría por jugadores del Fenerbahce y el
Besiktas. El clasificado se definía en una ida y vuelta, valiendo solo los
puntos. En caso de igualdad, se definía en un tercer partido. La ida se disputó
en Chamartín, Madrid. En aquel duelo del 06 de Enero de 1954, la furia roja
apabulló a los turcos con un categórico 4-1, con la presencia del general
Francisco Franco.
La vuelta se disputaría el 14 de
Marzo, en Estambul. Un joven equipo español, con la incorporación de Ladislao
Kubala, buscaba esa igualdad que lo dejara en Suiza. Un triunfo por cualquier
marcador de los turcos obligaba a una definición. Y, tempranamente, Burhan
Sargin, del Fenerbahce, anotó la única cifra del encuentro. Los otomanos se
dedicaron luego a defender la ventaja, sabiendo que el resultado les alcanzaba.
Así, la historia continuaba.
Con la igualdad en puntos, Roma
aparecía como el destino de ambos clubes para definir el clasificado. Aquel 17
de Marzo pasaría a la historia de los mundiales de fútbol. Luego de un empate a
dos tantos, el camino para decidir al seleccionado afortunado era una moneda,
un sorteo.
El encargado de entregar dicha y tristeza
fue un niño llamado Franco Gemma. Que sacara el nombre de Turquía solo venía a
confirmar la mala dicha que se le ha atribuido históricamente a la selección
española. Aquello que terminaría recién 52 años más tarde, con el veranito de
San juan de la Eurocopa de 1964 (con dos partidos). Turquía, en tanto, gozaría
de su primera participación mundialera (única en 72 años) y se daría el gusto de
golear a Corea del Sur por 7-0. Solo Alemania Federal, a la postre campeona del
torneo, detendría las ilusiones otomanas.
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