lunes, 10 de septiembre de 2012

Historias Eliminatorias: Turquía a Suiza 1954


España actualmente lidera el escenario futbolístico mundial. Sin embargo, antes de Sudáfrica 2010, la historia de la roja fue de duras y maduras. Su mejor actuación databa de 60 años atrás, con un laborioso cuarto lugar en Brasil 1950. Luego de aquello, la historia los premiaría y bofetearía en contadas ocasiones. Quizá la más triste de sus leyendas es de 1954, cuando frente a Turquía debían definir a un clasificado para Suiza 1954. Los turcos solo habían vencido oficialmente en su historia a las selecciones de China y Siria, y no tenían mucha historia en torneos internacionales. De acuerdo a las crónicas de la época, el equipo turco se caracterizaba por su dureza y por hacerse fuertes en su cancha. Con estos antecedentes, España era clara favorita.

Los hispanos tenían como figuras a Puchades (Valencia), Venancio y Gaínza (Athletic). Le selección turca, en tanto, estaba compuesta en su mayoría por jugadores del Fenerbahce y el Besiktas. El clasificado se definía en una ida y vuelta, valiendo solo los puntos. En caso de igualdad, se definía en un tercer partido. La ida se disputó en Chamartín, Madrid. En aquel duelo del 06 de Enero de 1954, la furia roja apabulló a los turcos con un categórico 4-1, con la presencia del general Francisco Franco.



La vuelta se disputaría el 14 de Marzo, en Estambul. Un joven equipo español, con la incorporación de Ladislao Kubala, buscaba esa igualdad que lo dejara en Suiza. Un triunfo por cualquier marcador de los turcos obligaba a una definición. Y, tempranamente, Burhan Sargin, del Fenerbahce, anotó la única cifra del encuentro. Los otomanos se dedicaron luego a defender la ventaja, sabiendo que el resultado les alcanzaba. Así, la historia continuaba.





Con la igualdad en puntos, Roma aparecía como el destino de ambos clubes para definir el clasificado. Aquel 17 de Marzo pasaría a la historia de los mundiales de fútbol. Luego de un empate a dos tantos, el camino para decidir al seleccionado afortunado era una moneda, un sorteo.




El encargado de entregar dicha y tristeza fue un niño llamado Franco Gemma. Que sacara el nombre de Turquía solo venía a confirmar la mala dicha que se le ha atribuido históricamente a la selección española. Aquello que terminaría recién 52 años más tarde, con el veranito de San juan de la Eurocopa de 1964 (con dos partidos). Turquía, en tanto, gozaría de su primera participación mundialera (única en 72 años) y se daría el gusto de golear a Corea del Sur por 7-0. Solo Alemania Federal, a la postre campeona del torneo, detendría las ilusiones otomanas.

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