Hasta 1962, la participación
internacional de la Selección Colombia dejaba mucho que desear. No había
participado en Mundiales y en 26
partidos jugados por Copa América, solo había obtenidos tres triunfos y un
quinto lugar como mejor marca. Sumado a esto, se cuentan algunas dolorosa
caídas como ante Brasil por 0-9 y Argentina 2-8 en en 1957. Participó por
primera vez de unas eliminatorias mundialistas en 1957, rumbo a Suecia, donde
nada pudo hacer ante Uruguay y Paraguay, rescatando solo un empate como local
ante los charrúas. Para la cita en Chile, el camino era algo más auspicioso.
Debía medirse cara a cara ante Perú, obteniendo los pasajes quien ganase la
llave. Arica ya esperaba por los hinchas peruanos, sin embargo, un triunfo por
la mínima en Bogotá (Escobar) y un empate a un tanto en Lima (González) daba la
histórica clasificación al conjunto colombiano.
Los jugadores que serían convocados para el Mundial provenían de diversos clubes: América de Cali, Independiente de Medellín, Pereira, Millonarios, Atlético Nacional, Tolima, Once Caldas, Santa Fe y Deportivo Cali. La base de su juego era el talento y el buen pie que, matizado con la mano del argentino Pedernera, los hacía ilusionar con algo más que una digna participación.
De esta forma, quedaron insertos en el Grupo A que tenía como sede Arica,
compartiendo la instancia con Yugoslavia, la Unión Soviética y Uruguay.
Debutaría justamente ante los charrúas el 30 de Mayo en la nortina ciudad.
Sorpresivamente se puso en ventaja al minuto 19 gracias al penal de Francisco
Zuluaga. Sin embargo, los goles de José Sasia y Luis Cubilla dieron vuelta la
historia a favor de los uruguayos. En el otro partido del grupo, la Unión
Soviética derrotaba por 2-0 a Yugoslavia.
Justamente ante los soviéticos era el
segundo encuentro, el 03 de Junio. Se comentaba que el partido no sería más que
un trámite para la poderosa selección soviética. Y es así como en 11 minutos de
juego, se adelantaban por 3-0 en el marcador, gracias a los goles de Ivanov (2)
y Chislenko. Al minuto 21, Germán Aceros logró el descuento. Sin embargo, a
poco de comenzar la segunda parte, Ponedelnik anotaba el categórico 4-1. Luego
de tan adverso escenario, Colombia protagonizaría una de las gestas más
comentadas en la historias de las Copas del Mundo. Con un inédito gol olímpico
de Marcos Coll a los 68’ (Ver nota), sumado a los tantos de Antonio Rada (72) y Marino Klinger (86), la selección
cafetera lograba un sorpresivo empate ante los europeos. Cuenta la historia que Yashin saludó de mano a cada uno de los colombianos por su destacada actuación, sobretodo la de Coll. Por otro lado, tiempo después el árbitro, descendiente húngaro, admitió que favoreció a los sudamericanos dado el odio que le traían los soviéticos, dada la ocupación de Hungría.
Así, con el empate, Colombia se ilusionaba con la posibilidad de clasificar de vencer a los yugoeslavos. Sin embargo, el
conjunto eslavo demostró su superioridad y con goles de Galic (2), Jercovic (2)
y Melic decretaron un rotundo 5-0 a su favor, dejando sin opciones a los
sudamericanos.
Siete cafeteros completaron los
270 minutos en la cita mundialera: Coll, Sánchez, Gonzales, Aceros, Klinger,
López y Echeverri. El arquero Efraín Sánchez fue el más batido en la
competencia. Recibieron 70 dólares cada uno como viático y un recibimiento como héroes en Bogotá, donde lo esperaban cerca de un millón de personas para aclamarlos.
Posterior a esta participación, la selección colombiana debió
esperar mucho para tener nuevamente un equipo protagonista a nivel continental
y/o mundial. Solo sería a mediados de los 80 que volvería a encantar a la
afición local y general con su exquisito juego, que engalanaría y daría a
conocer el nombre de la selección por todo el mundo.
LAG
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