Alguien podrá recordar la primera copa de Peñarol, cuando en semifinales debió ir a un partido de desempate con San Lorenzo, que desistió de su localía, y donde solo pudo batir a Olimpia sobre el final. O el mismo Manya que en 1966 debió luchar ante su acérrimo rival en semifinales, y sobreponerse a dos goles de desventaja ante River en el partido de definición. Tampoco fue menor el recorrido del Racing de José en 1967: semifinales durísimas ante River, Colo Colo y Universitario, imponiéndose ante los peruanos en una definición en Santiago. Y en la final, 0-0 en Avellaneda y 0-0 en el Centenario ante Nacional. Nuevamente Santiago sería el escenario para que la Academia pudiera celebrar.
Otros dirán que el camino de Independiente en 1973 no fue sencillo. A pesar de arrancar en semifinales, solo eliminó a San Lorenzo en un dramático encuentro en Avellaneda, y la historia ante Colo Colo en la final es bien conocida: polémica por dónde se la mire. Solo celebraron en el alargue del partido de definición. O en 1975, donde tras las semifinales, el Rojo, Central y Cruzeiro finalizaron con 4 puntos, avanzando Independiente por solo un gol de diferencia. Y el Flamengo de 1981 tampoco fue campeón así caminando: faltando 2 fechas en el grupo, debía rescatar 3 puntos para recién optar al desempate con Atl. Mineiro. Ganó a Cerro y empató con Olimpia, empatando luego con sus compatriotas y avanzando por mejor diferencia de gol. Luego en la final, Zico dejaría sin chances a un novel Cobreloa.
Dos años más tarde, Gremio debió sufrir en demasía para superar las semifinales. Luego de que un diezmado Estudiantes le empatara, debía rezar para que el pincha no ganara en Cali. Por TV vieron ese 0-0 que los puso ante Peñarol en la final y donde solo se coronarían a falta de 10 minutos. Por otro lado, todo lo que envolvió a Argentinos en 1985 tuvo tintes épicos: primera fase ante gigantes cariocas y un molestoso Ferro. Solo pudo clasificar en un desempate ante los de Caballito, luego de dos triunfos en Río de Janeiro. En las semifinales, tuvo un comienzo dubitativo con empates ante Independiente y Blooming. Estaba obligado a ganar el último partido en Avellaneda y eso hacía hasta el minuto 89, cuando se cobró un penal para el Rojo. Fue allí cuando se hizo grande la figura de Enrique Vidallé, atajando el disparo de Marangoni e instalando al Bicho en la final. Allí, ante América de Cali se vivió otra eliminatoria de miedo, campeonándose solo en un partido de definición y a penales.
También lo de Vélez en 1994, que tuvo que pasar por 3 definiciones a penales antes de coronarse, una de ellas con un 'match point' en contra ante Junior. O Cruzeiro en 1997 que arrancó con 3 derrotas, debió pasar por penales ante El Nacional y estaba siendo eliminado por Colo Colo en semifinales. Y Boca en 2007 que, salvo la final, también tuvo un sendero tortuoso, clasificando en el último partido del grupo tras derrotas en Toluca y Cuzco. En cuartos arrancó empatando de local ante Libertad, y solo Riquelme aseguró el paso en Asunción. Y en semifinales, tuvieron la difícil misión de remontar un 3-1 ante el sorprendente Cúcuta. También Liga, que al año siguiente solo ganó 1 de sus últimos 6 partidos.
El trayecto de Internacional el 2010 igual fue memorable en ciertos momentos. Avanzar ante Banfield, Estudiantes -de manera infartante- y Sao Paulo gracias a los goles de visita, cimentó un camino de épica que coronó ante Chivas. O Santos al año siguiente, cuando estaba obligado a ganar los últimos 3 partidos del grupo. Lo hizo, y luego pasó con lo justo ante América, Once Caldas y Vélez. Lo de Atlético Mineiro en 2013 tampoco se puede olvidar: penal atajado en los descuentos ante Tijuana, para luego remontar dos llaves y vencer por penales (Newell's y Olimpia). Y para finalizar, lo de San Lorenzo el año pasado, cuando prácticamente estaba eliminado en la fase de grupos y tuvo enfrente a dos gigantes como Gremio y Cruzeiro que supo derrotar.
Todas historias de sufrimiento, que hicieron de esas victorias tener un sabor más dulce. Sin embargo, nada se iguala a lo de River Plate en el año 2015. Venía como uno de los grandes favoritos tras obtener merecidamente la Copa Sudamericana del año anterior, y a la vista, tenía un grupo accesible con San José y Aurich. Sin embargo, el comienzo fue de terror y tras 5 duelos, estaba en el último lugar del grupo, con 4 puntos, obligado a ganar a los bolivianos y que Tigres no dejara que el club peruano no ganase en Chiclayo. Y el milagro se dio, tras idas y vueltas y un sorprendente 4-5 en Perú. La misión estaba cumplida y lo que se avecinaba era más chocante: octavos ante el rival más clásico de todos, que sacó puntaje perfecto en la fase de grupos. Un triunfo por la mínima, más la estupidez que en este blog no tiene cabida, le dieron el boleto a cuartos. Allí, Cruzeiro les dio una bofetada triunfando en el Monumental, pero la calidad del equipo del Muñeco se sobrepuso y cuajó una noche histórica en Belo Horizonte. Luego, las virtudes del equipo, más la frescura de las nuevas incorporaciones, permitió a la Banda sobreponerse cuando el panorama se ponía complicado, alzando por tercera vez el trofeo máximo, la Copa Libertadores de América.
Con
la clasificación de Tigres por primera vez a la final de una Copa Libertadores,
donde se medirá ante el River de Marcelo Gallardo, un francés de no menor
bagaje protagonizará dicho encuentro. El galo André-Pierre Gignac no más ha
jugado 2 partidos en el principal certamen de clubes en América y ya tiene el
boleto al último partido, transformándose así en el primer francés en
conseguirlo. Sin embargo, no es el primer foráneo que jugará una final de
Libertadores. A continuación repasamos la historia de cada uno.
CHRISTIAN
RUDZKI, PUNTAL PINCHA
Grabado
en la memoria colectiva de cualquier hincha de Estudiantes, el checoeslovaco
Rudzky arribó al conjunto platense en 1969 proveniente del Deportivo Español.
Se había mudado desde su país natal a Argentina a los 15 años y arribó al
mítico Estudiantes de Zubeldía que acababa de derrotar al Manchester United de
George Best en la Copa Intercontinental. Por el conjunto pincharrata jugó las
finales de 1969, 1970 y 1971, ganando en las primeras dos ante Nacional y
Peñarol, respectivamente. En la tercera, el Bolso se tomaría revancha. En total
disputó 7 partidos de finales en Copa Libertadores y luego de su etapa en
Argentina deambuló en la liga alemana.
DANTE
MÍRCOLI, EL TANO DE INDEPENDIENTE
Nacido
en Roma en 1947, se inició jugando en Independiente y fue parte de la tercera
corona del Rojo de Avellaneda. En la estrella conseguida ante Universitario, en
1972, Mírcoli jugó los dos partidos, el segundo de ellos ingresando desde el
banco. Luego de su paso por Independiente, tuvo una carrera en su país natal
donde jugó por Sampdoria y Catania, entre otros, para volver a Avellaneda. Pero
no al Rojo, sino que a Racing y, a pesar de esto, es muy querido por la
fanaticada de Independiente y por muchos años ha trabajado en sus divisiones
menores.
LA
DINASTÍA DELY VALDÉS
Si
hablamos de un Dely Valdés, siempre preguntamos ‘¿Cuál?’. Bueno, el mayor de la
dinastía era Armando, panameño, que llegó a Argentina producto de una beca.
Pronto fue incorporado a Argentinos Juniors y fue pieza del inolvidable Bicho
campeón de América en 1985, llegando a jugar 15 minutos ante América de Cali en
el partido de vuelta. Luego de ganar la Libertadores y adaptarse
definitivamente al país, Dely Valdés le dio el gol del título a Argentinos en
la Interamericana de 1986 ante el Defence Force. Luego jugó en Peñarol,
retornando a su país. Era asiduo representante de su seleccionado, y partió
prontamente a los 40 años producto de un derrame.
UN
GRINGO EN LA PATERNAL
Renato
Corsi nació en Manhattan y muy joven se radicó en Argentina. Se formó en
Argentinos Juniors, y perteneció al club quizás en su época de mayor esplendor.
Junto a Borghi, Vidallé o el propio Dely Valdés, fue parte del plantel que ganó
la Copa libertadores, y tuvo la fortuna de disputar dos de tres partidos de la
final ante América de Cali, incluyendo el duelo decisivo en el Defensores del
Chaco. Luego su carrera tuvo una curva descendente que lo hizo volver a su país
y deambular luego por el ascenso argentino. Sigue vinculado con la gente del
Bicho.
EL
ÚNICO AFRICANO EN UNA FINAL
Hace
un tiempo vimos los africanos que jugaron alguna vez en la Copa Libertadores. Uno
de ellos era el ghanés Prince Amoako, figura en los Juegos Olímpicos de 1996 y
que recaló un año después en Sporting Cristal de Perú. Allí integró un equipo
histórico que alcanzó la final de la Libertadores, que perdería ante Cruzeiro.
Amoako jugó el partido de vuelta en el Mineirao, siendo reemplazado por Carmona.
Luego de su estancia en Perú, tuvo pasos por Argentina, España y Grecia, nunca
consolidando una carrera de importancia.
Así,
el franchute Gignac no es el primer ‘invitado’ que disputará el cetro del torneo
más importante de clubes. Además, puede convertirse en el primer no
sudamericano (ni mexicano) en anotar en una final de Libertadores. Como dato
anexo, dos entrenadores foráneos también fueron partícipes del desenlace del
torneo: el húngaro Bela Guttman que por Peñarol cayó ante el Santos en 1962 y
el croata Mirko Jozic que campeonó de la mano de Colo Colo ante Olimpia en
1991.
Como
es una tradición para El Dato Futbolero, en cada verano entregamos el historial
de los enfrentamientos que veremos este año en el torneo más hermoso de
América. Único, grande y nuestro. A continuación el detalle*.
Primera
Fase
Huracán
vuelve a la Copa tras 41 años y se enfrenta por primera vez a Alianza Lima, que
ya venció en la Copa a los argentinos Boca, Colón y Estudiantes. Por su parte,
Independiente del Valle se medirá ante Estudiantes, teniendo como
antecedente los enfrentamientos ante San Lorenzo el año pasado (empate y
derrota). En la tercera llave, Táchira se medirá ante Cerro Porteño,
rememorando los partidos de 2005 y 2011, donde el Ciclón obtuvo 3 triunfos y 1
empate con grandes actuaciones de Santiago Salcedo y Roberto Nanni. The
Strongest y Morelia, no tienen cruces previos, mientras que Palestino y
Nacional reeditarán los duelos de hace 39 años. En aquella ocasión, el conjunto
de colonia logró batir en Santiago y empatar en el Centenario gracias a
gloriosas tarde de su ídolo máximo: Óscar Fabbiani. Por último, Corinthians y
Once Caldas se enfrentarán por primera vez en Copa Libertadores.
Grupo
1 (Atl. Mineiro, Colo Colo, Santa Fe y
Atlas)
En
el grupo 1, Atlético Mineiro y Santa Fe reeditarán los duelos del año pasado,
cuando el campeón vigente derrotó 2-1 en Belo Horizonte y empató en el Campín. Ninguno
de los dos equipos registra duelos coperos vs. los otros integrantes del grupo,
Colo Colo y Atlas. Entre chilenos y mexicanos aún está vivo el recuerdo de la
Copa de 2008 cuando los tapatíos vencían 3-0 en Guadalajara mientras Kramer
reventaba el peak en Viña del Mar. En el partido en Santiago, un gol de Diego
Colotto eliminaba al conjunto de Fernando Astengo, mientras Boca también
lograba la clasificación.
Grupo
2 (San Lorenzo, Sao Paulo, Danubio, Once
Caldas o Corinthians)
En
este grupo, solo se podrán repetir duelos si Once Caldas vence a Corinthians en
la primera fase. Los de Manizales lograron eliminar a Sao Paulo en su glorioso
camino a su Copa Libertadores del 2004 (y en 2010 un triunfo para cada uno en el grupo), mientras que también fue victimario de
San Lorenzo en la fase de grupos del 2006, donde clasificó junto a Chivas a
octavos de final.
Grupo
3 (Cruzeiro, Mineros, Universitario de
Sucre y Alianza Lima o Huracán)
Brasileños
y boliviano ya tienen antecedentes coperos. En el 2008, el equipo mineiro
venció por la mínima en Sucre, mientras que en el Mineirao vencieron gracias a
dos tantos de Wellington Paulista. En tanto, si el conjunto limeño supera al
Globo, reeditará sus duelos ante Cruzeiro: en 1976 los brasileños despedazaron
a Alianza en las semifinales (0-4 y 7-1) mientras que en 1977 fue un triunfo
para cada uno en la fase de grupos. La curiosidad radica que en cada vez que se
enfrentaron, Cruzeiro fue campeón de la Copa. Harán barra.
Grupo
4 (Emelec, Internacional, Universidad de
Chile y Morelia o The Strongest)
En
1968, Emelec clasificó a la segunda fase tras vencer en Guayaquil a la U y
empatar en Santiago. Más nutrida es su historia con Internacional, ya que la
Copa de 2015 verá su cuarta confrontación con los gaúchos. En 2007, los
brasileños vencieron en los duelos y ambos quedaron eliminados de la fase
grupal a manos de Vélez y Nacional. Para 2010, en tanto, Inter volvió a hacerse
fuerte en Beira Rio y luego empataron sin goles con el grupo casi definido: Emelec
último e Internacional con tranco firme para obtener su segunda Copa. Un año
más tarde, otra vez la fase de grupos los aguardaba y empataron a un tanto en
el Capwell mientras que en Porto Alegre el festejo fue nuevamente brasileño.
Grupo
5 (Zamora, Boca, Montevideo Wanderers y Palestino o
Nacional)
Los
dos únicos seguros del grupo no registran duelos entre ellos, ni mucha historia
en la Copa. Si Boca le gana el cupo a
Vélez podrá rememorar duelos ante Zamora (0-0 y 2-0 en 2012) y Montevideo
Wanderers (0-2 y 3-2 en 1986 y 2-0 y 2-0 en 2002). De los candidatos de la
primera fase, solo Nacional registra antecedentes tanto ante sus compatriotas
como ante el xeneize.
Grupo
6 (River Pate, Juan Aurich, San José y
Tigres)
En
un grupo donde están todos los equipos confirmados, extrañamente es el único
donde todos los duelos serán inéditos, al menos en Copa Libertadores.
Grupo
7 (Atlético Nacional, Barcelona,
Libertad e Independiente del Valle o Estudiantes)
Los
antecedentes coperos en este grupo se remiten al escenario en que Estudiantes avance a la zona. Así, se rememoraría el mítico duelo ante Barcelona en las semifinales de 1971, con gol de un sacerdote de por medio.
Grupo
8 (Sporting Cristal, Racing Club,
Guaraní y Cerro Porteño o Táchira)
En
este grupo, peruanos y argentinos rememorarán los duelos históricos de 1997,
donde Cristal se hizo un lugar en su única final dejando en semifinales a la
Academia. Ya se habían medido en 1962 donde hubo un triunfo para cada uno, para
ser eliminados por Nacional en el grupo. En 1989, en tanto, Racing ganó en
Avellaneda y Lima para clasificar en el grupo, mientras que los peruanos
quedaban eliminados. Estos tendrían su dulce revancha 8 años más tarde cuando
por diferencia de goles clasificó a la final vs. Cruzeiro. De clasificar, Cerro
Porteño se encontraría de vuelta con Sporting Cristal tras los duelos de 1973 (1-1
y 5-0) y de 2003 (1-1 y 1-0).
*Solo
se hace referencia a enfrentamientos por Copa Libertadores de América.
sábado, 13 de diciembre de 2014
19 de abril de 1995
Algo hay en este
título que evoca, a modo de homenaje, el brillante relato de Roberto
Fontanarrosa sobre una de las fechas más importantes (sino la más) en la
historia de Rosario Central. Y al igual que el fallecido hincha rosarino, parte
de la base del amor por el club de sus amores. Pero en este caso, el camino es
distinto; y si bien parte con la referencia obligada y necesaria al 19 de
abril, día en que se fundó Colo Colo; el desarrollo de esa agitada jornada
distará mucho de ánimo para celebrar.
Veamos.
Los setenta años
del Club Social y Deportivo Colo Colo encontraban a la institución popular en
una incómoda situación. La temporada anterior había exiliado al Cacique de la
primera línea futbolística, que tuvo en las universidades (Católica y De Chile)
a los principales candidatos al título en Chile. Incluso O’Higgins, relegó al
Colo a posiciones de reparto merced a su buena campaña en 1994. La temporada en
cuestión, había iniciado con excelente tranco, con dos victorias (ante Regional
Atacama 5-0 y frente a Deportes Concepción 2-1). Sin embargo, en la víspera del
aniversario; el sábado 15 de abril, se registra un episodio inolvidable y casi
traumático para la hinchada alba (imagínense para un pendejo de 15 años):
Marcelo Barticciotto, el ídolo, el crack, el del gol a Boca, el campeón de
América, le marcaba a Colo Colo, jugando por la UC, en el triunfo cruzado (su
club ese año) por 2-1. Con ese panorama, tendríamos un cumpleaños número 70
bastante aciago, ya que lo que vendría en el futuro sería igual de malo. Quizás
suavizado por el contundente 3-0 a la U, el día del doblete de Espina, que
constituiría la única alegría del año. Además, ya comenzaba a incubarse en el
club la quiebra que años más tarde, y luego de campañas locales espectaculares,
semifinales internacionales y sueldos millonarios, arrasaría con la dignidad de
una institución que tocará fondo y más allá, entre 2001 y el inicio del 2002.
Así, y con el
presente de 70 años más tristes que otra cosa, comenzaba ese miércoles 19 de
abril de 1995. Para ese día, la agenda futbolera asomaba interesante: Chile se
jugaba la clasificación a cuartos de final del mundial sub20 de Qatar frente a
España (servía sólo ganar) y por la noche, la adulta visitaba Lima para encarar
el segundo amistoso de la era Azkargorta ante el seleccionado del Rímac. Las 12:45
y 21:00 horas eran las indicadas para
sentarse a disfrutar de una jornada que a priori asomaba como difícil, pero que
nada hacía presagiar como desastrosa.
¡Extra! 24 Horas
informa. El noticiario de la televisión estatal en Chile interrumpe
violentamente el programa matinal de la estación con una información
apocalíptica a eso de las 9:15 de la mañana; la instantaneidad en la
información estaba en desarrollo y aún existía un desfase lógico entre la
llegada y el procesamiento de la información y su posterior divulgación; por
eso a muchos sorprendió lo que provenía desde Estados Unidos: el terror se
había instalado en el edificio federal Alfred Murrah, ubicado en el centro de
Oklahoma, lugar en el cual más de dos mil kilos de explosivos destruyeron el
lugar. El saldo de tanta destrucción fue pavoroso y desconocido para ese
entonces: 168 muertos, de los cuales casi una veintena correspondía a menores.
El culpable del ataque, Timothy McVeigh señalaría que actuó en venganza a la
masacre de Waco consumada exactamente 2 años antes de lo de Oklahoma. Uno, a
miles de kilómetros, poco y nada parecía entender de lo que ocurría en Estados
Unidos. Sólo el 11 de septiembre de 2001 se encargaría de confirmar las cosas.
Así, y mientras la
agenda noticiosa se nutría de lo ocurrido en Norteamérica, había que sacudirse
de la sorpresa y el dolor que transmitía la televisión y enfocarse en el
partido de la rojita sub20 (Sólo en 2001, tras el ataque a las Torres Gemelas,
se suspendería la jornada de Champions correspondiente al miércoles 12 de
septiembre, por ejemplo). Al mediodía, los dirigidos por Leonardo “Pollo” Véliz
encaraban a España, en teoría el rival más fuerte del grupo, y que llegaba
clasificado a segunda ronda, con 6 puntos. Chile accedía con 2 unidades, merced
a pobres empates frente a Japón y Burundi (!). El problema es que asiáticos y
africanos se enfrentaban entre sí, y en caso de ganar uno de ellos, eliminaba a
Chile del certamen (en caso de que no ganemos). Ambos partidos irían en simultáneo, lo cual
acarreaba una carga extra de presión para Chile, que ante el primer gol en el
otro partido tendría un elemento extra contra el cual luchar, además de la
calidad de los hispanos (que llegarían a semifinales en esa edición). Una vez
iniciado el partido, y con los antecedentes descritos en juego, se llega al
primer mazazo, por partida doble: gol de España (Etxeberría, a los 9 minutos) y
gol de Japón (a los 10 minutos). De momento, comenzaban mal las cosas. Y
empeorarán antes de los 20 minutos de ambos partidos con nuevos goles de los
mismos países: dos en el caso de España y uno para Japón. Así, los partidos se
irán al descanso con la suerte sentenciada: Chile 0 España 3 y Burundi 0 Japón
2. Y mientras los noticieros seguían descubriendo el horror de Oklahoma con
nuevos y macabros detalles de la tragedia; se reanudaban las acciones en Qatar:
Salgado para España y Rozental para Chile modificaban el marcador en Doha antes
de los 60 minutos de partido. Nuevas anotaciones de ambas escuadras
configuraban un marcador tenístico (6-3 para España) que obviamente eliminaba a
Chile y clasificaba a Japón (que no movería el 2-0 del marcador). Sin embargo,
la oprobiosa actuación chilena no se quedó solo en lo (poco) mostrado en
cancha: el viernes 21 de abril se confirmará la detención de cinco personas
pertenecientes a una red de apuestas ilegales que funcionaba desde Tailandia y
que había puesto sus ojos en algunos seleccionados intervinientes en Qatar
(Portugal, Honduras, Camerún, Burundi y Chile). En el caso de los nacionales,
se confirma la operación por parte del ex jugador de Magallanes Washington
Arriola Medel, quien contacta a jugadores chilenos con atractivos U$2.500
aunque por “ir para más, y no para menos”. Frank Lobos y Francisco Fernández
resultarán sancionados por ser los receptores del dinero de manos de Arriola,
lo que contribuye a aumentar el escándalo por la eliminación chilena. Se ponía
así un triste fin a una generación que parecía destinada a ser la base de la
selección con miras al mundial de Francia, y que como tantas veces, se quedó en
las promesas.
A media tarde, se
tendría completa certeza de las muertes en Estados Unidos, y se confirmaría la
captura de Timothy McVeigh, quien sería detenido al conducir un auto sin
patente, la contundencia de las pruebas lo marcarían de inmediato como el
principal sospechoso de la masacre.
Para el plato de fondo, en Lima, la selección
contaba con la base de jugadores que debían comenzar un año después el proceso
clasificatorio a Francia. Azkargorta había iniciado con muy buen pie su paso
por la selección, con triunfo de 2-1 sobre México, y a mediados de año tendría
su primera prueba de fuego en la Copa América en Uruguay. La expectación por el
partido era alta, en una época en que el concepto de “fecha FIFA” aún no se
tomaba el calendario, por lo cual había que aprovechar el momento de ver en
cancha el proyecto de “Bigotón” que sin duda capturaba la atención del primer
semestre futbolero en 1995. Chile saldría al Nacional de Lima con Alex Varas al
arco (una de las debilidades de
Azkargorta), Gabriel Mendoza, Javier Margas, Nelson Parraguez, Rodrigo Pérez,
Cristian Castañeda, Ian Mac Niven, Clarence Acuña, Esteban Valencia, Luka Tudor
y Marcelo Salas. En Perú, destacaban Miguel “Carón” Miranda, los Soto (Jorge y
José), Roberto Palacios, Alex Magallanes y la dupla de ataque formada por
Ronald Baroni y Flavio Maestri.
Y si lo de media tarde en Qatar había sido
desastroso (en fútbol y marcador), la noche limeña no comenzaba tan distinta
para Chile: 0-2 a los seis minutos, tras dos anticipos de Maestri a una débil
defensa chilena, primero por bajo y luego por aire. Luego, una fulgurante
entrada de Baroni mano a mano con Varas señalará el 3-0 para los del Rímac, recién
en 29 minutos. Antes del descanso, Maestri confirma su hat trick con mucha
fortuna (38’), en un gol que reeditará años después Paolo Guerrero en el mismo
estadio, ante Chile (2001, eliminatorias a Japón y Corea). El 4-0, que más
parecía knock out boxeril que expresión de fútbol desnudaba las falencias de un
proceso que se sostenía en una idea colectiva de juego que no contaba con los
nombres requeridos para ello. Tras la
reanudación, Azkargorta apostó por un solo cambio: Patricio Mardones en
reemplazo de Ian Mac Niven, de discretísimo primer tiempo (sólo consignó un
tiro al arco, que pasó levemente desviado del arco peruano). Luego, los
ingresos de Goldberg (por Tudor); Ricardo Rojas (por Castañeda) y Galdames (por
Acuña), sirvieron para contener al rival más que para soñar con una remontada o
algo similar. Por el lado de Perú, mínimas variaciones que se traducirán en dos
nuevas conversiones de Ronald Baroni, una tras grosero error en la salida de
Margas y la otra tras una anotación de fantasía del delantero que por esa época
jugaba en Portugal (tras haber jugado incluso en Chile): el sexto gol peruano
será una síntesis de lo obrado por los locales esa jornada, con una sucesión de
certeros toques desde campo propio, que finiquitará Baroni con un increíble
ingreso al área tras limpiar a la defensa chilena y tocar sutilmente de revés
ante la salida de Varas. Para cerrar la nefasta noche, el “Huevo” Valencia
fallará un penal regalado por el juez boliviano Juan Lugones; el tiro del
volante de la “U” golpea el vertical izquierdo del meta peruano. En la
insistencia, Salas no puede señalar el descuento. Además, Carón Miranda confirmaba su fama de ataja-penales ante Chile al
evitar el gol por esa vía, casi dos años después del tiro atajado a José Luis
Sierra en la Copa América de 1993.
Terminado el
match en Lima, comenzarían los cuestionamientos a Azkargorta, a quien le
quedaría mucho sufrimiento, literalmente (en Uruguay, sufriría un colapso en
medio del partido con Bolivia). Recién un año después vendría el paso al
costado con la célebre frase del perro muerto y el fin de la rabia. De los
muchachos de la sub 20, se seguiría hablando por un tiempo; y lo ocurrido con
los sobornos terminaría por sepultar las aspiraciones de trascendencia de una
generación de la cual sólo Sebastián Rozental se destacó, ratificando aquello
con su extraordinaria temporada 1996 y posterior venta a Escocia.
En Norteamérica,
las cosas habían cambiado para siempre. Comenzaba una escalada de violencia que
alcanzará su cota más alta en septiembre de 2001. 3 meses antes de esa fatídica
fecha, se consumaba la ejecución de McVeigh, mediante inyección letal. Todo
había comenzado el 19 de abril de 1995.
Instaurado en 2000 para comenzar
a incorporar a nuevos actores en la lucha por dirimir al mejor equipo de fútbol
del mundo, el Campeonato Mundial de Clubes de la FIFA debió luchar frente el
escepticismo del mundo del fútbol, acostumbrado desde 1960 a la Copa
Intercontinental, tradicional partido que enfrentaba a los mejores de Europa y
América. El paso inicial fue reunir en enero de 2000 en Brasil, a ocho equipos
que representaban diversas culturas futboleras y visiones muy distintas del
fútbol: Inglaterra, Arabia Saudita, Marruecos, Australia, México, España y
Brasil vieron desplegar los esfuerzos de sus representativos en una justa que
fue resuelta precisamente pos los dueños de casa en el partido final (Corinthians
se impuso a Vasco Da Gama). Para 2001, el experimento apuntaba a la
consolidación, España era el país elegido, hasta donde llegarían 12 equipos en
busca del título. Sin embargo, los problemas derivados de la quiebra de ISL
(empresa ligada a la promoción y marketing de la FIFA) hicieron aterrizar
duramente la iniciativa, postergándose indefinidamente.
Recién en 2004,
cuando se confirmó la última copa intercontinental en suelo japonés (que se
llevará el Porto ante Once Caldas), reaparece en el horizonte futbolístico de
2005 la realización del torneo, también en tierras niponas. Con un formato que
aseguraba a las potencias de América y Europa su intervención a partir de
semifinales, todo apuntaba a reeditar la copa intercontinental, con el atractivo
(comercial) de incorporar a equipos de las diversas confederaciones, más el
campeón del país que albergase la competición. Así, fueron dos versiones en que
América impuso sus términos ante Europa, que recién en 2007 comenzaría a
encadenar una fantástica serie de cinco títulos en línea, que recién se
cortaría con el título de Corinthians (en 2012). Por su parte, África
sorprenderá al mundo en 2010 y 2013, accediendo con sus representativos a la
final del certamen, lo que se vio matizado a lo largo de la historia del torneo
por otras buenas (aunque aisladas) actuaciones de equipo no europeos ni
sudamericanos (Necaxa en 2000, Saprissa en 2005, Gamba Osaka en 2008, Al Sadd
en 2011 y Guangzhou Evergrande en 2013). Para este año, la atención del planeta
fútbol se centra en Marruecos, donde por segundo año consecutivo se disputará
el Mundial de Clubes, con la altísima opción que tiene el Real Madrid de
limpiar la pobre imagen ofrecida en la primera edición, en 2000. Por su parte,
San Lorenzo de Almagro y Cruz Azul serán los representantes americanos, a los
que se sumará el Auckland City, que interviene por sexta vez en el certamen. El
anfitrión será el MAT Tetouán, que se impuso dramáticamente en la liga
marroquí. África y Asia empiezan a definir sus representantes, pero en ambos
casos, serán equipos que harán su estreno en la competición: ES Setif (Argelia)
en África y Western Sydney Wanderers (Australia) en Asia.
A continuación,
algunos números históricos del Campeonato Mundial de Clubes de la FIFA:
·Esta será la undécima versión, que se disputará
entre el 10 y 20 de diciembre.
·Hasta 2013, habían intervenido 49 equipos de 23
países. Este año el registro sube a 54 equipos (5 debutantes) de 24 naciones.
·Auckland City (Nueva Zelanda) y Al Ahly (Egipto)
lideran las participaciones en el torneo, con cinco ediciones. Monterrey y
Pachuca (de México) y el FC Barcelona (España) lo han hecho en tres ocasiones,
mientras que seis equipos han disputado dos ediciones. 38 equipos han jugado
sólo una versión. Auckland City este año se convierte en el único equipo en
disputar seis ediciones.
·Los países con mayor presencia de equipos han
sido Brasil (6); México (5); Corea del Sur (4) y Australia e Inglaterra (3). En
total, 23 países se han visto representados en el torneo. México sumará uno
(llega a seis) y Australia agregará uno más (llegará a 4) con la participación
del Western Sydney Wanderers.
·Para este año, se considera la participación del
24to país en ser representado. Argelia, gracias al título continental del ES
Setif.
·César “Chelito” Delgado, jugador argentino del
Monterrey mexicano, ostenta el registro de máximo anotador histórico del
certamen. Con los “Rayados” acumula 5 goles (3 en 2012 y 2 en 2013)
·Once jugadores han señalado goles en más de una
edición del Mundial de Clubes. De ellos, tres lo hicieron en clubes distintos:
Dwight Yorke (Manchester United y Sydney FC); Neri Cardozo (Boca Juniors y
Monterrey) y Ronaldinho (Barcelona y Atlético Mineiro)
·Denilson (Pohang Steelers) señaló 4 tantos en la
versión 2009, siendo el máximo registro de anotaciones en un torneo.
·Cinco chilenos han intervenido en la historia
del certamen: Cristian Montecinos (Necaxa, 2000); Ricardo Rojas (América,
2006); Reinaldo Navia (Liga de Quito, 2008); Alexis Sánchez (Barcelona, 2011) y
Humberto Suazo (Monterrey, 2011 y 2013). De ellos, Montecinos, Rojas y Suazo
convirtieron goles en sus partidos.
·El jugador neozelandés Daniel Koprivcic posee el
récord de seis participaciones en la historia del torneo. (2007, 2008, 2009,
2011, 2012 y 2013). Esto lo hizo en tres equipos oceánicos: Waitakere United, Adelaide
United y Auckland City.
El desenlace de los torneos generalmente se reserva a dos equipos que
pujan por la obtención del título y el fútbol internacional ha reservado en
contadas ocasiones la definición para dos clubes que se enfrenten entre sí en la última
fecha; de esta manera, en Argentina recordamos a Independiente frente a Huracán en el
clausura 1994 o al mismo Huracán cayendo con Vélez en el clausura 2009. Esta
temporada, Atlético de Madrid se coronó en casa del Barcelona, que con un
triunfo se alzaba con la Liga. Si pensamos en tres equipos, el apertura 2008 de
Argentina encontró en dramática definición a Boca Juniors, San Lorenzo y Tigre,
instancia en que los xeneizes ganaron el título. Actualmente, Universidad de
Chile, Colo Colo y Santiago Wanderers discuten la opción de campeonar en el
torneo de apertura, aunque hipotéticamente ante la igualdad de más de dos
equipos, el reglamento debe decantar en dejar dos equipos para la definición. A
continuación, revisamos algunos casos en que tres equipos han llegado con
chances de título a la última fecha del torneo.
Campeonato de 1943: En
época de dos puntos por triunfo, Unión Española y Colo Colo acceden a la última
fecha con 24 unidades y Magallanes, con menos opción, aparece con 22. El
desenlace favorecerá a los hispanos que se imponen 3-1 a Green Cross, acabando
con las opciones de la Academia, a la que no le basta derrotar 3-1 a Badminton.
Colo Colo, por la tarde, cae 2-0 con Santiago Morning y contribuye a allanar el
primer título de los rojos de Plaza Chacabuco.
Campeonato de 1950: Siete años más tarde, la definición de un torneo volvía a encontrar a albos e hispanos, esta vez con un nuevo acompañante: Everton de Viña del Mar. De hecho, el cuadro ruletero lideraba junto a los rojos de cara a la última fecha, mientras que Colo Colo estaba tercero a un punto de ambos. Los viñamarinos recibirían a Iberia, los hispanos a Ferrobádminton y los albos a Audax. Sin más, todos cumplieron su misión tranquilamente, por lo cual Colo Colo fue testigo por radio del desempate jugado en Enero y que vería a Everton como campeón por primera vez del torneo nacional.
Campeonato de 1958: La
última fecha encuentra a Santiago Wanderers y Colo Colo con 33 puntos y a
Deportes La Serena con 31. Los caturros,
pese a igualar con O’Higgins (2-2), logran asegurar su primer título y escapar
del asedio de Colo Colo, que cae 3-0 frente al archirrival de los porteños,
Everton. La Serena, que gana 3-2 a Audax Italiano, no logra discutir opción
alguna al título y debe conformarse con compartir el segundo lugar con los
albos.
Campeonato de 1968: La
segunda estrella del Decano se
produjo tras una extenuante campaña que dividió el campeonato de ese año en
diversas etapas. A la liguilla por el título llegarán ocho equipos y a la última
fecha de ese reducido acceden Wanderers con 24 unidades, Universidad de Chile
con 23 y Universidad Católica con 22. Nuevamente, el elenco de la quinta región
solo consigue un empate (3-3) ante el equipo de un fulgurante Carlos Reinoso, que le otorga su segundo título. Universidad de
Chile, en tanto, desaprovecha la opción de sumar una nueva estrella en la década gloriosa
del Ballet Azul, empatando 3-3 con Palestino y el frustrante gol de Moris. Solo Universidad Católica logra
triunfar (4-1 sobre Huachipato), pero deberá observar la consagración de los Panzers.
Campeonato de 1985: en su década de máxima gloria, Cobreloa se alzaría en 1985 con su tercer título a nivel local. En un disputado torneo con el Eveton de Armando Tobar, Colo Colo y Unión Española, llegarían con opciones a la última fecha loínos (50), ruleteros (50) e hispanos (48). El elenco de Jorge Toro debía viajar a Arica que necesitaba de un empate para salvar la categoría. Everton visitar a Universidad Católica que luchaba por la liguilla y Unión Española a Quillota contra un desesperado San Luis. Cobreloa logró hacer su trabajo con goles de Letelier y Covarrubias, mandando a segunda a los ariqueños, mientras que los ruleteros poco pudieron hacer en Santiago. El partido de los hispanos a esa altura ya solo era para la anécdota, o mejor dicho, para que San Luis rasguñara una victoria que los dejaría un año más en primera división.
Torneo Apertura 2007: Las 21
fechas del torneo de apertura de ese año, jugado sin playoffs debido a la
participación de Chile en la Copa América de Venezuela, ofrecen el último gran
ejemplo de triple discusión por el título en nuestro campeonato. Colo Colo, que
iguala agónicamente en la penúltima fecha ante Huachipato (2-2) logra sumar 44
puntos. Universidad Católica llega con 43 unidades y Audax Italiano, que vive
espléndidos días con una brillante camada de jugadores suma 41. El desenlace se
juega de manera simultáneo el sábado 16 de junio de 2007. Mientras los itálicos
sacan adelante su parte de la tarea (derrotando 2-1 a La Serena) y Universidad
Católica se siente campeón por largos minutos al imponerse a Coquimbo en la
cuarta región. Colo Colo deberá “sufrir” hasta las medianías del segundo tiempo
cuando una incursión de José Luis Jerez encuentra a Humberto Suazo libre en el
área para conectar la exclusiva cifra que concede el vigesimosexto título al
elenco albo.
Colo Colo, Universidad de Chile y Santiago Wanderers a un solo punto de distancia aseguran un final de lujo y que no se recomienda para cardiópatas. Esto, con el aditivo además de que por primera vez en la definición de a 3, habrá un partido que enfrente a dos de los candidatos por el título. Esperemos no defrauden.