Para
1977, España cargaba con una pesada mochila de sinsabores. Por eso, no podía
dejar escapar la chance de clasificar a Argentina, a pesar de chocar con
poderosos rivales como Yugoslavia y Rumania. Para el último partido en
Belgrado, solo necesitaban no perder y, sobretodo, vencer a los miedos que
tenían impregnados. El partido avanzaba en un clima áspero y muy adverso, y no
se hacían daño, hasta que Cano al minuto 71 hacía gritar a una nación entera.
España estaba de vuelta por fin en un mundial, tras una larga batalla.
España
1982 sería el primer mundial neozelandés y, para ello, los oceánicos debieron
sufrir más de la cuenta. Luego de triunfar en el grupo inicial sobre Australia,
debía enfrentar la zona final de 4 equipos, donde los dos primeros obtendrían
los cupos. Kuwait arrancó bien y se aseguró la primera plaza, previendo que
Nueza Zelanda y China pelearían el segundo lugar. Y hasta el último partido,
China adelantaba por dos puntos y 5 goles de diferencia. Los oceánicos debían
completar el grupo jugando en Arabia, y necesitaba ganar por 5 para forzar un desempate.
Y lo consiguió en el primer tiempo, pero no pudo anotar más para definir ahí
mismo la clasificación. El 10 de Enero del 82 venció por 2-1 a China en
Singapur, y así sellaba su sufrida clasificación a su primer mundial.
Era
un clásico sin duda, y jugarían a muerte hasta el final. Gales y Escocia
lucharían en el último partido del grupo por ese lugar ante Australia en 1985,
sabiendo que España sería el líder del grupo y obtendría el cupo directo. Llegaban
al último partido en Cardiff con la misma cantidad de puntos, pero con una
ventaja en la diferencia de gol para los escoceses, por lo cual el empate les
valía. Incluso, la victoria podía ponerlos en la lucha del primer lugar, pero
de eso ni se acordaban cuando Mark Hughes ponía las cosas 1-0. La tarea era
obtener el empate para el repechaje y este solo se alcanzaría luego de un
dudoso penal a falta de pocos minutos para terminar el partido. Gol de Cooper y
Escocia se instalaba en el repechaje, donde vencería cómodamente a los australianos.
Todos
los grupos europeos rumbo a Estados Unidos 1994, salvo alguna excepción, fueron
dramáticos hasta el final. Y este suspenso no liberó a Italia que debió luchar
hasta el final. Recibía en el último duelo a Portugal, con la misma cantidad de
puntos, pero con ventaja en la diferencia de goles. Suiza, con un punto menos,
jugaría ante Suiza como local, por lo que una derrota tana los condenaba a la
eliminación. Y el partido ante los lusos fue emotivo hasta el final, a pesar de
la ausencia de goles. Cualquier gol portugués los dejaba sin mundial y las
instancias de cada equipo eran muy claras. Eso hasta que al minuto 83 Dino
Baggio hacía crujir el Giuseppe Meazza y aseguraba la clasificación. No pensarían
que tanto sufrimiento se coronaría con un vicecampeonato mundial.
La
clasificación de Japón a Francia 1998 fue dramática. Quizá la mayor, ya que se
decidió en el último minuto. Japón e Irán jugaban una repesca para determinar
al tercer asiático clasificado, ya que ambos salieron segundos en sus grupos,
tras Arabia y Corea. En Malasia, a partido único, debían definir al
clasificado, y los persas dominaron el partido hasta el minuto 75, donde Jo
puso las tablas. Luego, prórroga, donde de no definirse, provocaría la “lotería”
de los penales. Y hasta el minuto 119 se mantenía la paridad, hasta que
Masakuyi Okano hacía estallar a un país entero con su gol en un rebote. Japón
se instalaba por primera vez en un mundial e Irán iría a protagonizar otra
clasificación agónica, que ya revisaremos.
Luis Armandoski
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