Hacia 1945, nuestro fútbol ya había transitado una década por el profesionalismo. Era el soporte anímico fundamental para una actividad que buscaba consolidarse internamente, mientras nuestros representativos seguían siendo vapuleados cada vez que un equipo foráneo aparecía como visita. A pesar de esos desafortunados resultados; nuestros dirigentes se lanzaron en 1944 con la idea de organizar, a inicios de 1945, el Campeonato Sudamericano Extraordinario de Fútbol. Así, y mientras en la interna de nuestro balompié se discute a Francisco Platko (seleccionador nacional, de nacionalidad húngara) debido a que sus tácticas no encuentran resultado en la cancha, comienzan a llegar las delegaciones que animarán el torneo. Por primera vez se reunían siete equipos. Colombia reemplazaba a Perú. ¿El debut? Un claro 6-3 sobre Ecuador (el más débil de la pizarra), que no da para ilusiones reales, puesto que las diferencias entre uno y otro eran asombrosas. Las siguientes victorias (ante Bolivia -5-0- y Colombia -2-0-) no responden la pregunta del verdadero nivel de nuestro seleccionado. Los últimos 3 juegos, ante los grandes del Atlántico, servirían para cuantificar la real valía de un equipo que en sus 3 primeros partidos ha convertido 13 goles y tiene en Alcántara, Clavero y Medina sus principales credenciales de ataque (han señalado 10 de los 13 goles). Con el enorme Livingstone en el arco; la selección se apresta a enfrentar a Argentina. Y será Medina (otra vez) quien haga explotar a los 70 mil asistentes al Nacional, cuando a los 2 minutos del primer tiempo señale el uno a cero. La ventaja será sostenida de manera heroica hasta los 68 minutos, cuando el gran “Tucho” Méndez consiga el empate. Al final, un inolvidable empate que abría el apetito de discutir el tercer lugar (e incluso el segundo, o hasta el título, si se daban las combinaciones matemáticas). La penúltima fecha, ante el Uruguay de Máspoli, regala una de las mayores alegrías en la década futbolera: 1-0, con gol de Medina, otra vez. Y a esperar en el cierre a Brasil, con la opción cierta de poder discutir el título, o al menos de igualar a Argentina con 11 puntos. Sin embargo, el gol de Heleno, en el cierre del torneo, dejó a nuestro seleccionado en el tercer lugar, detrás de 2 selecciones que traían delanteras espectaculares: Argentina (Boyé, Méndez, Pontoni, Martino y Lostau) y Brasil (Tesourinha, Zizinho, Heleno, Jair y Ademir).
Con el tiempo, el Sudamericano Extraordinario de 1945 fue recordado como uno de los mejores en cuanto a técnica demostrada, con 89 goles en 21 partidos, con un Uruguay que empezaba a configurar el equipo que llegaría a la cima del mundial en 1950, con Colombia, que iniciaba su andar por pastos sudamericanos, y por nuestros héroes: Livingstone y Medina; cada uno en lo suyo.
@puertomontt25
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